Prueba del Lamborghini Urus: mucho más que un Q8 vitaminado

La publicidad de Lamborghini en Alemania dice: "Rompe las cadenas del entorno familiar, da rienda suelta a tu personalidad". Personalidad, desde luego, la tiene a raudales nuestro Lamborghini Urus de prueba: color "Pearl Capsule Verde Mantis", llantas negras de 23 pulgadas, 5,11 metros de largo, 11 centímetros más que el Audi Q8 con el que comparte plataforma. 

El precio también es algo exclusivo: desde unos 270.000 euros. Aun así, se está vendiendo tan bien que han ampliado la planta en Sant'Agata Bolognese en Italia.

¡En marcha!

Debajo del capó hay un V8 biturbo de cuatro litros con 650 CV y 800 Nm de par, que catapulta al Lambo hasta los 100 km/h en unos ridículos 3,6 segundos y le permite  alcanzar una punta de 305 km/h. Eso sí, el último tramo del velocímetro le cuesta bastante cubrirlo. 

El V8 lanza su rugido su potencia a través de cuatro tubos de escape, sobre todo en el modo Sport. En el programa Strada es más silencioso. 

En total hay tres modos de conducción para asfalto: Strada, para un guiado fácil, cómodo y seguro; Sport, para una conducción ágil y placentera; y Corsa, con la máxima precisión y rendimiento. También hay tres modos de conducción para fuera de asfalto, pero eso lo dejamos fuera.

Puede conducir el Urus a 280 km/h por el carril izquierdo de una autovía alemana, y me impresionó su tremenda aceleración, pero también su agarre tan seguro que incluso hice algunas llamadas a través de su Apple CarPlay: y es que el ruido interior en autovía nunca es demasiado elevado.  

Los asientos son realmente estrechos, pero así tiene que ser un asiento deportivo. En el Urus van ventilados y forrados en Alcántara, en dos tonos. Igual en la segunda fila.

 Igualmente llamativa es la decoración hexagonal Q-Citura, el bordado especial, el paquete interior de carbono y las inserciones de aluminio anodizado negro.