Prueba del Jeep Renegade 4xe

A la fuerza ahorcan y Jeep también se ha visto 'seducida' a apostar por la tecnología híbrida enchufable para satisfacer las normas sobre emisiones. Lo mejor de todo es que el espíritu aventurero no se ha visto mermado en absoluto, lo que es una buena noticia. Al igual que el Compass y el Wrangler, al Renegade le llega un sistema PHEV que consiste en un motor térmico y dos eléctricos, uno en cada eje. El motor de combustión del coche de la prueba, el Jeep Renegade 4xe, es un 1.3 litros de gasolina que desarrolla 130 CV. Si le sumamos la fuerza de los bloques eléctricos obtenemos una potencia total de 190 CV (existen otras dos versiones que llegan a los 239 CV). ¿Suficientes? Va sobrado para mover con soltura los 1.770 kilos que arrastra. La guinda: puede circular hasta 130 km/h en modo eléctrico y durante unos 43 km sin emitir una sola partícula de CO2. 

Pero, ¿cuál es la fórmula magistral de este sistema? El motor eléctrico principal va situado en el eje trasero y se alimenta de una batería de iones de litio de 11,4 kWh. Cuenta con engranaje reductor, diferencial y desarrolla 60 CV. Es decir, este Renegade es un 4x4 en toda regla, y aunque no le he sometido a muchas perrerías fuera del asfalto, sí que ha salido airoso de los caminos embarrados por los que he circulado con él. Y te estarás preguntando: ¿qué pasa cuando se agota la batería? Ahí es cuando entra en acción el segundo bloque eléctrico que, unido al de combustión, proporciona la energía para que el motor eléctrico trasero siga recibiendo electricidad y el Renegade 4xe sea siempre un 4x4 (por cierto, la batería tarda unas tres horas y media en cargarse completamente en un enchufe doméstico de 2,3 kW de potencia). 

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Hay varios modos para gestionar el funcionamiento de este sistema híbrido: Hybrid, Full Electric y E-Save (este último con dos posibilidades: mantener la carga de la batería o aumentarla hasta alcanzar el 80%). Y a todo esto, también debes apuntar las posibilidades del mando Selec-Terrain, con cuatro posiciones: Auto, Sport, Snow y Sand/Mud (arena/barro). Con cada una cambias las ayudas electrónicas, la respuesta del motor y la gestión del cambio automático. Y todo esto luciendo la pegatina azul de la DGT, con las muchas ventajas que supone, así que solo me queda decir que la primera incursión del Renegade en la electrificación ha sido superada de forma convincente. Solo echo en falta algún guiño distintivo tanto por fuera como dentro. Su interior, por cierto, ofrece una buena habitabilidad, pero sigue abusando de plásticos duros y unos mandos situados de forma desordenada. 

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Conclusión tras la prueba del Jeep Renegade 4xe

En la actualidad no hay muchos SUV compactos con tracción a los dos ejes (muchos de sus rivales son tracción delantera, como el Renault Captur PHEV), así que este Jeep Renegade 4xe de la prueba es una opción a considerar si necesitas ese plus de tracción. Lo malo: el precio.