Logo Autobild.es

Prueba Citroën ë-C4: juega con la electricidad

Prueba Citroën ë-C4

Un modelo muy personal.

Hay que reconocer -y agradecer- que marcas como Citroën hayan querido hacer de lo ¿extraño? parte de su ADN, una suerte de elementos diferenciadores para que los ames o los odies. Y por si el nuevo C4 normal ya te parecía así, ¡tachán!: aquí está probamos el Citroën ë-C4.

¿Te atreves a jugar con tus prejuicios? El objetivo es acabar por decidirnos si nos gusta este coche o no, por fuera y por dentro, desde sus atrevidas formas a su electrificación.

Para empezar, el ë-C4 (con esa segunda diéresis) pone precisamente el acento en ser un Citroën de pura cepa, con un frontal en el que los faros principales se sitúan más bajos que otros puntos lumínicos y le dan ese aspecto molón como de llevar permanentemente puestas las luces antiniebla.

Citroën e-C4 o Nissan Leaf, ¿cuál es mejor eléctrico?

También pone su sello en los laterales, con esos Airbumps de refuerzo lateral inventados para el C4 Cactus (aunque ya reducidos a su mínima expresión) y acaba en una zaga con toques neorretro en las ventanillas y una decidida ruptura en el juego de líneas quebradas que forman los LED grupos ópticos traseros.

Y es bueno hablar tanto de ese loable esfuerzo creativo porque repercute en la habitabilidad interior, que es de lo más justita para las plazas traseras y para el maletero, que sólo tiene 380 litros de capacidad sin abatir los asientos. ¡Qué difícil es que supeditar la practicidad al diseño!

Eso sí, por delante, es una delicia dejarse llevar por los sentidos para un coche -una dualidad más- que no pretende ser premium, pero parte de los 33.470 euros. ¿Y cuáles son sus argumentos para justificarlo?

Que está a la última en tecnología y seguridad –aunque para disfrutar de todo su equipamiento posible haya que pagarlo en paquetes de opciones o extras puros y duros (mira la tabla de precios)– y, sobre todo, tiene una interesante etiqueta Cero por ser 100% enchufable.

Nada más abrir la puerta sin llave de esta unidad de pruebas (con acabado Shine, el superior), da la bienvenida un habitáculo muy agradable, con caros, confortables y calefactables asientos de cuero negro que pongo a hervir junto al volante.

Fuera ha helado y este factor también será determinante en esta prueba, porque aumentará significativamente el consumo de batería -algo que en otros modelos no influye tanto-.

Ya metidos en harina -y en la arena, porque estamos en un descampado irregular y no te puedes acomodar delante sin el inevitable consenso de los más patilargos detrás), nos vamos.

Citroën C4 y e-C4 2020: silueta CUV, versión eléctrica y de Madrid al mundo

Y ahora, la cal(ma): una suspensión estupendamente reglada -firme pero muy absorbente para los baches, resaltos y badenes-, un extra de altura, refuerzos de plástico por todo el perímetro para estos metros esporádicos fuera del asfalto... y un silencio casi absoluto cuando se rueda sobre él a velocidad de crucero y pretendes mantener una conversación a bordo.

Para mí, el confort y el bienestar espiritual del día a día depende mucho de estas pequeñas-grandes cosas, puesto que estamos hablando de un electrodoméstico (en sentido positivo) en el que pretendes pasar mucho tiempo a la semana deslizándote por la ciudad y los alrededores de una manera agradable.

Y en esto influye también la conectividad, un sistema de infoentretenimiento completo (aunque veo poco intuitiva la mezcla elegida de botones físicos y virtuales), los asistentes de seguridad...

Prueba Citroën ë-C4

Más cales y arenas: la lentitud del selector de marchas hace que al maniobrar rápido (es fundamental pedir la cámara trasera, con semejante luneta trasera dividida en dos) sea fácil acelerar en D sin que se haya engranado aún la marcha atrás R y viceversa).

Por eso, las 1,6 toneladas que pesa el Citroën C4 y por sus reacciones incluso en modo Sport (tiene también Normal y Eco), donde sí da los 130 CV, no destacan por su viveza de reacciones.

Mi hijo de 9 años sigue feliz detrás. "Pero no olvides poner que hemos hecho 42 km y la autonomía ha bajado mucho más en la pantalla", señala, con dedo acusica. ¡Es cierto!

Para que antes del otro examen de matemáticas que tiene en el cole no se quede tan frío como el que hace ahí fuera, le explico que contamos con dos cargadores para llenar la batería al 80% en 30 minutos (a 100 kW en carga pública), en 7,5 o 5 h (en Wallbox de 7,5 o 11 kW) y para tener 100 km en 9 h en un enchufe doméstico.

Y es que el ë-C4, en general es un eléctrico que aprueba y con nota.

Mi opinión

Es atractivo y agradable de conducir si no tienes pretensiones deportivas. Lo malo es que hay demasiados extras necesarios y una batería tan pequeña limita mucho su autonomía ¡y la tuya!

Valoración

Nota7

En la prueba del Citroën ë-C4 analizamos cómo es el compacto reconvertido en SUV que, además, estrena mecánica eléctrica por primera vez.

Lo mejor

Suspensión muy bien reglada y ruido aerodinámico realmente bajo.

Lo peor

Dirección suave, buena aceleración, pero sin pretensiones deportivas. Tiene un poco de subviraje

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.