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Prueba del Audi e-tron S Sportback quattro: ¡menudo chispazo!

Dicen que a estas alturas de la película, nada se inventa, todo se reinventa. Puede ser. Parece que el concepto SUV es de hace unos pocos años, pero en 1974, Jeep utilizó el término “vehículo deportivo utilitario” en un folleto de ventas del Cherokee. 

Lo mismo ocurre con los eléctricos. El primer coche con este tipo de propulsión data de 1832. Y sobre los todocamino coupé, la fama de abrir la veda se la lleva el BMW X6, pero el SsangYong Actyon, en 2006, fue el precursor.

Prueba del Audi e-tron S Sportback quattro

Pues estos tres conceptos: SUV, coupé y coche eléctrico los reúne el vehículo de la prueba, el Audi e-tron S Sportback, una versión con una imagen más deportiva y mayor potencia gracias a tres motores para que nadie discuta que un automóvil de este tipo no puede ser deportivo. 

Y es que su aspecto impresiona, sobre todo por las diferencias respecto al e-tron Sportback: llantas de aleación de 20" -pueden ser de hasta 21-, pinzas de freno en color negro con el logo S, paragolpes de nuevo cuño, spoiler posterior y carcasas de los retrovisores en aluminio.

También la unidad de pruebas equipa el 'paquete estilo negro', con el que la parrilla singleframe, los marcos de las ventanillas y las molduras decorativas de los parachoques están bañados en negro. También los retrovisores digitales, de los que te hablaré más adelante. 

El interior también es diferente, puesto que los asientos son deportivos, tienen el logo S y están envueltos en Alcantara y cuero. Asimismo, adopta inserciones en aluminio mate cepillado y tanto el digital Audi virtual cockpit plus como el sistema MMI Navegación plus con su enorme pantalla vienen de serie.

Pero lo importante está en sus tripas. Equipa tres propulsores eléctricos, por lo que se convierte en uno de los primeros coches eléctricos del mundo producidos en serie con esta disposición. Estos consiguen unas cifras y unas sensaciones de escándalo.

Gracias al modo S es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5" y alcanzar una velocidad máxima de 210 km/h. Estas cifras impresionantes son conseguidas durante ocho segundos, tiempo en el que es capaz de generar una potencia máxima de 370 kW, que traducido a caballos son 503 CV, y un par de 973 Nm.

Prueba del Audi e-tron S Sportback quattro

En marcha se nota. ¡Jodo que si se nota! Cuando piso el acelerador mi cuerpo se funde en el asiento como si fuera el mismo elemento a la vez que mi cerebro quiere pasarse a las plazas traseras. Y no creo que sea porque en la segunda fila iría más cómodo, que podría gracias a su amplísimo espacio.

Y todo es conseguido por la gracia de sus tres motores asíncronos. Es cierto que normalmente solo suelen trabajar los dos posteriores, puesto que el delantero está para cuando se demanda una energía mayor o cuando existen pérdidas de adherencia.

Aceleración no le falta, como hemos comprobado durante la prueba del Audi e-tron S Sportback quattro. Pero, ¿cómo se desenvuelve en curva? Pues muy bien. La suspensión ha recibido modificaciones, las estabilizadoras son más gruesas y la carrocería puede bajar 76 milímetros, mejorando la estabilidad. 

Además, entra en las curvas con mayor facilidad ya que cada rueda posterior es movida por un motor, por lo que puede realizar un reparto del par de forma más rápida -según Audi es bastante más veloz que un sistema convencional-. Esta distribución vectorial eléctrica logra enviar a la rueda exterior 220 Nm más de par que a la interior. Ventajas de la electrónica... 

Y diversión al volante no falta porque puedes ir muy rápido en curva, demasiado, y dejar que la zaga se deslice ligeramente con el control de estabilidad en modo sport y el programa dynamic seleccionado.

Prueba del Audi e-tron S Sportback quattro

Pero no me olvido de que estoy a los mandos de un eléctrico. La ausencia de ruido de un motor de combustión -favorecida por la excelente insonorización- me lo recuerda, por si tengo alguna duda. También las levas del volante, desde las cuales se puede elegir uno de los tres niveles de deceleración regenerativa -de  0,3 g hasta 0,13 g- y no subir o bajar de marcha.

También el consumo medio en kWh, que durante la prueba del Audi e-tron S Sportback quattro se ha movido en torno a los 25,0 kWh/100 km, más ajustado que el oficial, que es 26,6, o la forma de 'repostarlo', ya sea con corriente continua a 150 kW o con alterna a 11 kW.

El precio parte de 102.650 euros. ¿Alto? Sí, pero como su equipamiento de serie que a lo anteriormente citado incluye: aviso de salida de carril con emergency assist, de cambio de carril, 'pre sense rear' con aviso de tráfico lateral al abrir la puerta, tráfico transversal trasero, airbags laterales traseros, espejos retrovisores exteriores abatibles eléctricamente, antideslumbrantes con función memoria, Audi smartphone interface -compatible con Andorid auto y Apple Carplay-. Asimismo, al precio se añade de serie la garantía de la batería y el servicio de mantenimiento gratuito 'Entry', durante 8 años o 160.000 km.

Lo que no has visto en el equipamiento son los retrovisores digitales. Cierto. Y es que los Audi virtual mirrors son opcionales y mi recomendación es que te ahorres los 1.480 euros que cuestan. Es cierto que le da un aire más premium y tecnológico, y que si te gusta que te miren, la gente lo hará y hasta te preguntará por ellos. 

Prueba del Audi e-tron S Sportback quattro

Pero creo que tienen más desventajas que ventajas: mejoran la visibilidad en condiciones meteorológicas adversas, pero tienen menor ángulo de visión. Y es que tu cabeza moviéndose como una cantante negra de hip hop puede conseguir mucho más.

Valoración

Nota9

Ponemos a prueba el Audi e-tron S Sportback quattro, la versión más deportiva del eléctrico con techo descendente. Rinde 503 CV y entrega un par de 973 Nm.

Lo mejor

Aceleración brutal. Imagen deportiva. Respuesta en curva. 

Lo peor

Retrovisores digitales que, por suerte, son opcionales.

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