Prueba del Audi Q8 55 e-tron quattro facelift

Audi llama ahora al e-tron “Q8”, y el hecho de que le den el ocho es consistente, porque con 4,91 metros está por encima del Q4 y un esperado Q6.

Diseño interior

Y es que es difícil l hablar de falta de espacio en un Audi Q8 55 e-tron. Esto se aplica tanto a los asientos delanteros como a la segunda fila, en los que hay aire de sobra, aunque realmente van más cómodos  el conductor y el pasajero en los asientos individuales deportivos que los que van en la segunda fila. 

Y es que los pasajeros traseros del SUV van cómodos… a menos que busquen un puerto USB para cargar dispositivos electrónicos. No lo hay, pero sí un enchufe de 12 voltios. Esto es tan sorprendente como que las cubiertas de plástico de los paneles de las puertas. Y es que nuestra unidad de prueba supera con muchísima holgura los 90.000 euros.  

Mejor ahórrate los retrovisores con cámara

Te puedes ahorrar en torno a 1.600 euros prescindiendo de la cámara de los retrovisores exteriores, que transmiten su imagen a un monitor en los paneles de las puertas. Un invento nada óptimo por varias razones: en lugar de mirar a izquierda y derecha en el espejo lateral, debes bajar la cabeza. La imagen proyectada muestra una imagen en la que cuesta estimar la velocidad de los vehículos que se aproximan por detrás.

La navegación por los menús de las dos pantallas táctiles en la consola central tampoco es ideal. Eso sí, para poder usar el monitor inferior, que se usa principalmente para operar el climatizador, Audi ha inventado un reposamanos muy agradable. 

Esto también es útil cuando el panel táctil inferior se convierte en la superficie de escritura para los datos de navegación. Por motivos de seguridad, no se ofrece el teclado digital necesario durante la conducción. Así que garabateas las letras mientras tu mirada se reparte entre la carretera, el trabajo con los dedos y la visualización de navegación en la pantalla.

El control por voz es correcto, y aunque todavía hay algunos malentendidos, en principio el conductor puede cambiar la temperatura o decir con certeza el destino del viaje.

Si te gusta lo simple, sincroniza el teléfono inteligente a través de Bluetooth y usa tus propias apps de navegación. 

Motor y comportamiento del Audi Q8 55 e-tron

Estas debilidades del Q8 pueden compensarse con sus habilidades de conducción. En cuanto al motor, nada ha cambiado en comparación con el predecesor. Uno en el eje delantero y otro en el eje trasero aseguran no solo la tracción total, sino también una potencia del sistema de 408 CV y un par máximo de 664 Nm.

Una combinación que empuja al eléctrico de 2,6 toneladas de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos, y llega a una velocidad limitada de 200 km/h.

Y no solo acelera rápidamente, sino que gracias a su suspensión neumática con amortiguadores controlados y una dirección muy directa, pasa por encima de todo lo que se interpone en el camino con una agilidad absoluta. Y solo el zumbido de los motores eléctricos llega al interior, por lo demás es muy silencioso.

No debemos quedarnos callados sobre el consumo medio. Según nuestras mediciones, permitió una autonomía total de 427 kilómetros. En una estación de carga rápida, la batería de 170 kW con una potencia neta de 106 kWh se puede cargar del 10 al 80% en unos 30 minutos.

Por cierto: el maletero, de 469 a 1637 litros, refrenda la idoneidad de este eléctrico para un uso diario… siempre que puedas pagar más de 85.000 euros por el modelo básico, sin un solo extra. 

Factores para decidir la compra

El Audi Q8 55 e-tron ha mejorado en pequeños pero cruciales detalles. Ahora promete aún más placer de conducción y una gran idoneidad para el uso diario. Lo que ha quedado, eso sí, es un precio muy elevado.