Prueba del Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio: mucho más deportivo que SUV

Agarro el volante de Alcántara, me recreo con las inserciones decorativas de fibra de carbono. Enciendo el motor, y el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio despierta sus pulsaciones… y acelera las mías. 

Alfa Romeo siempre es sinónimo de diversión al volante, diseño y, sobre todo, emociones. La nueva variante del Stelvio ofrece aún más de todo: Quadrifoglio, el tradicional trébol de cuatro hojas, representa la versión superior de alto rendimiento del SUV.

Piso el acelerador en el venerable Autódromo de Montlhéry al sur de París. La pista de hormigón con las curvas peraltadas de casi 30 grados van bien con el 100 aniversario de la Scuderia Alfa Romeo. 

El circuito es tan exigente con el chasis que estamos felices de prescindir del modo de Race, en el que todos los sistemas de asistencia van apagados.

Motor Quadrifoglio con asistencia Ferrari

No obstante, el Stelvio Quadrifoglio demuestra una ligereza deportiva y una capacidad de control casi obscena en todas las posiciones de las curvas. 

El V6 biturbo de tres litros de violentas reacciones, que fue creado en estrecha colaboración con Ferrari, ahora es aún más divertido: gracias al ‘software’ optimizado, los ingenieros de Alfa han ajustado nuevamente la respuesta del ya muy ágil seis cilindros.

Lo que se traduce en diez caballos de fuerza extra que pueden parecer discretos sobre el papel, pero se nota, vaya si se notan, con el nuevo ajuste del motor. 

Su alto par y sus ataques desenfrenados al régimen máximo de 7.000 vueltas están bien embridados con la transmisión automática ZF, que distribuye todo con alta precisión entre sus ocho relaciones.

Con su perfecta distribución del peso (50 por ciento delante/detrás), el chasis activo con ajuste electrónico de la amortiguación y el diferencial de bloqueo del eje trasero controlado electrónicamente, el Stelvio Quadrifoglio se siente fiable y estable, claramente deportivo, a pesar del alto centro de gravedad.

Factores para decidir la compra

El Stelvio Quadrifoglio demuestra ser un verdadero deportivo: que no te engañe su apariencia SUV. El V6 tiene fuerza, la transmisión automática es rápida, la conducción precisa, el placer de conducir… indescriptible. Eso tiene su precio, claro: más de 100.000 euros.