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Test de los 100.000 km: primera etapa con el Alfa Romeo Stelvio

Test 100.000 Alfa Romeo Stelvio

Desde Milán a Hamburgo, recorremos los primeros 2.000 km al volante del Alfa Romeo Stelvio

Una mañana, nuestro redactor jefe nos preguntó quién podía ir a Italia a recoger el Alfa Romeo Stelvio que hemos adquirido para nuestro test de los 100.000 kilómetros. Y claro, me faltó tiempo para levantar la mano y decir: “¡Yo!”

Y es que pocas veces un viaje de trabajo se parecía tanto a un viaje de placer: me esperaban espectaculares paisajes montañosos, un clima delicioso, una gastronomía más deliciosa aún… Y más de 1.000 kilómetros al volante del Alfa Romeo, uno de los SUV más apetecibles del mercado. 

Alfa Romeo Stelvio

No voy a alargarme con los detalles, porque seguro que ya conoces muy bien este coche, en producción desde 2017: el nuestro en concreto lleva el color azul "Blu Anodizzato" e interior de cuero color coñac, y bajo el capó trabaja un diésel de 2,2 litros con 210 CV que se reparten mediante una transmisión automática de ocho velocidades de ZF (¡como la de BMW! ). La tracción a las cuatro ruedas es de serie.

Placer al volante

Antes de empezar el viaje hasta nuestra redacción en Hamburgo, me metí en el pequeño circuito frente a la antigua sede de la compañía en Arese, cerca de Milán: después de la segunda vuelta, el Alfa y yo ya éramos amigos íntimos. Y esto tiene mucho que ver con su tracción en las cuatro ruedas con prioridad al eje posterior

Stelvio en circuito

Y es que al igual que con un coche de propulsión trasera, el 100% de la potencia va, normalmente, a las ruedas de atrás, y solo cuando no pueden gestionar toda la fuerza, el eje delantero entra en acción. 

¿Cómo se siente? Nítido y firme, y gracias a la automática superrápida y superprecisa, bastante rápido. Voy hacia la curva, presiono la palanca de cambios dos veces a la izquierda, ¡bang, bang!, baja de cuarta a segunda, acelera, ¡bang!, cambia hacia arriba otra vez. Sí, un diésel de cuatro cilindros puede ser tan deportivo como el que más, y 470 Nm de par se abalanzan sobre las ruedas ya desde antes de las 2.000 vueltas: ¡puro placer de conducir!

Cockpit Stelvio

En realidad, nuestro destino de la primera etapa debería ser Bormio, 1.225 metros sobre el nivel del mar. Desde allí sobre el Stilfser Joch hasta el  paso de montaña de 2.757 metros de altura, que por cierto se llama Stelvio y desde arriba parece una larga lombriz de tierra que no se decide si ir derecha o izquierda.

No me extraña que Alfa le haya puesto ese nombre, porque el Stelvio es el rey de las curvas entre los SUV. Pero desafortunadamente, no pude recorrer este tramo: desde el 4 de noviembre permanece cerrado, porque está helado en la parte más alta. 

Stelvio curva

Para compensar voy hacia,  Merano, la ciudad más bonita del Tirol del Sur. Cuando le dimos las buenas noches al Alfa en el aparcamiento subterráneo y nos sentamos a cenar,  el fotógrafo y yo hicimos un balance de la situación. "¿Qué te parece el tren de rodaje?" Respuesta: "¿Podrías ponerlo mañana en modo Confort y no en Dynamic? No puedo trabajar así". Le digo que vale, y le pregunto qué le han parecido los acabados: "No lo hubiera creído, pero está muy cerca de la calidad de Audi. Todo va bien revestido, todo transmite solidez”.

Y sigo: "¿Qué te parece el sistema multimedia?" El fotógrafo, que lleva en el sector del motor la tira de años, responde: "Mejor que BMW en 2001, peor que BMW 2021. El monitor táctil, el controlador y dos botones de marcación rápida son buenos, al igual que el sistema de navegación de TomTom. Y el control de voz no está muy afinado”. 

Ahorrador 

Al día siguiente seguimos atravesando el Tirol del Sur por el Reschenpass, y como nos perdimos, tuvimos que tomar algunas carreteras dos veces, aunque fue un puro placer, porque con el Stelvio nos enamoramos de las curvas

Stelvio repostaje

¿Balanceo de la carrocería? Sí, más que en su hermano Giulia, pero menos que en la mayoría de los demás SUV de la liga de los 4,70 metros. El resto se cuenta rápidamente. Entramos en Austria, donde los guardarraíles ya no están oxidados y el combustible es más barato, pero el café es peor. Al llegar a Hamburgo el cielo está gris y la lluvia cae de lado, no desde arriba, como siempre.

En total fueron 1.957 kilómetros, en los que solo gastó 6,9 litros de media. No le vamos a decir a nuestro jefe que hemos llenado el maletero con exquisiteces del Tirol del Sur. De lo contrario, se querrá apuntar él al próximo viaje de trabajo… 

Valoración

Nota8

Desde Milán a Hamburgo, recorremos los primeros 2.000 km al volante del Alfa Romeo Stelvio. Primeras impresiones del test de los 100.000 kilómetros.

Lo mejor

Comportamiento, diseño, acabados, prestaciones, bajo consumo

Lo peor

Aún quedan muchos kilómetros por delante; por el momento, ninguna crítica

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