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Hasta dónde se puede viajar con un coche GLP

Viajar con un coche GLP
Eco por partida doble.

Hace casi diez años que hice un viaje de Madrid a Barcelona con GLP por primera vez. El ahorro que se conseguía, cerca del 30%, quedaba algo empañado por la escasez de estaciones de servicio donde poder repostar Gas Licuado del Petróleo (GLP). Al pasar por Zaragoza, tuve que salir de la A-2 y entrar a la ciudad para poder rellenar el tanque.

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Este inconveniente no fue muy grande, pero a veces, en otros viajes que hice con GLP, los desvíos me llevaron a pueblos a más de cinco kilómetros de la vía principal y eso, al menos a mí, sí me fastidia bastante. Sin embargo, el panorama ha cambiado mucho en los últimos años y ahora se puede repostar gas licuado en más de 600 de las 11.600 gasolineras que hay en toda España.

Y gracias a la aplicación Gas Licuado, puedes localizarlas y planificar tus desplazamientos de larga distancia para no llegar a usar apenas gasolina. Aquí, el motor siempre arranca usando 95, hasta calentarse, pero como ha quedado comprobado en esta experiencia y puedes ver en la tabla de gastos, este no llega a ni un euro por mil kilómetros. 

También esto ha ido a mejor, porque en algunos coches de GLP antes era frecuente un consumo residual de gasolina variable, pero más elevado. Además, la oferta ha crecido exponencialmente. Aunque hay marcas que apostaban y siguen apostando por el gas licuado, mi viaje entonces fue con un Hyundai Sonata transformado. Mucho mejor para la ocasión que los utilitarios de GLP, que son los modelos de gas que más se venden en el mercado español.

Tras probar algunos de ellos -casi siempre con potencias menores de 90 CV-, me parece que su uso queda bastante restringido al ámbito urbano. Así que, como tenía que ir a Barcelona y quería hacerlo otra vez con un turismo de gas, opté por un Subaru Outback. No hay muchas dudas de que es de lo mejor que hay en el mercado de coches nuevos de GLP. Con 170 CV, su motor te permite circular a velocidades de autopista a 2.500 rpm, lo que evita que el consumo de gas licuado se dispare más allá de los 8,5 l/100 km o de los 9,5 l/100 km si vas con el programa deportivo.

Reconozco que siempre he sido un fan de la marca, y esta te pone fácil que te guste el GLP, porque este coche tiene tracción total, suspensión de gama alta... Encima, alguno de los asistentes que lleva me tiene conquistado, como el que te avisa cuando el vehículo detenido delante ha iniciado la marcha, muy útil en estos conectados tiempos. 

El control de crucero adaptativo con mantenimiento de la distancia de seguridad también va como es debido y te descarga bastante en un viaje de larga distancia como este. El único pero que hay que ponerle a este Outback de GLP es que el tanque de gas no te ofrece la autonomía en kilómetros en el cuadro de mandos -la adaptación no es de fábrica- y sólo puedes verla en una ruleta con cinco luces LED instalada a la izquierda del volante. Aunque digna, es mejorable para la impecable factura del resto del coche.

El depósito tiene 60 litros de capacidad, pero se llena siempre con menos de 40 por ir a diferente presión el tanque y la manga. Antes de salir, reposté en una estación de servicio de Madrid cercana a la M-40, justo al finalizar la hora punta de la mañana (llegaría a Barcelona a las 16.00 h, a comienzo de la hora punta de la tarde).

¿Cómo se convierte un coche a GLP?

De camino a Cataluña, veo cómo se van apagando las luces LED del indicador del tanque de gas licuado, y calculo que podré llegar a Zaragoza. Quizá, con el tiempo aprendes a apurar más el tanque, pero sin quererlo, yo llegué a la misma gasinera a mitad de viaje, a la ida y a la vuelta, con el primer depósito de GLP. Aunque por el camino dejo atrás por lo menos cuatro estaciones de GLP a pie de autovía, quiero ver la autonomía con gas de este coche. Sobre el papel, deberían ser algo más de 400 km, pero a los 340 km recorridos, seguramente le queden 20 o 30 como máximo.

Por eso, cuando estoy pasando frente a la capital aragonesa y veo que la última estación con GLP en bastantes kilómetros cerca de la A-2 está ahí, decido parar. Es curioso, pero al contrario que la gasolina, que suele ser más cara en carretera, en la estación de Alfajarín, el GLP sale a 0,719 euros, 16 céntimos más barato que en Madrid y que el que luego repostaré en Barcelona. En ambas ciudades lleno a 0,735 euros. La gasolina 95 sólo la voy a echar de regreso a Madrid. Por eso, a los 42,66 euros (que muestro como coste del viaje en la página anterior) habría que sumarles 33 céntimos, ya que el gasto en 95 fue exactamente de 0,66 euros para un recorrido total de 1.270 km. Es una cifra marginal, sobre todo respecto a los 30,5 euros de peaje desde Zaragoza a Barcelona. Que sí, que es una carretera magnífica, pero el peaje acaba representando más de un tercio de todos los costes del viaje...

La antigua nacional no está mal, pero el tráfico de camiones es intenso y la vía dispone de solo un sentido en gran parte de su trazado. Si quieres ahorrarte los 30 euros del peaje, debes tener en cuenta que el tiempo adicional no bajará de 40 minutos y, depende del día, puede llegar a ser de más de una hora.

Y en todo caso, para alguien que, como yo, viaje solo, siempre está la posibilidad de compartir gastos con otros usuarios a través de una app. A precio de mercado de BlaBlaCar para un viaje entre Madrid y Barcelona, con dos acompañantes, casi cubriría todos los gastos del trayecto (unos 74 euros); y con tres personas podría ganar algo de dinero, aunque iría con el coche lleno.

Por suerte, el depósito de GLP no resta capacidad para el equipaje en este modelo, que ofrece 512 litros, aunque el fondo de carga del Subaru siempre me ha parecido algo elevado y lo que sí pierdes con el tanque extra es el espacio que hay bajo el maletero. Al final, el coste de todo el desplazamiento es de 159 euros. Si evito el peaje, viajar con GLP sería más barato que en autobús.

De hecho, en ciudad, con un consumo algo más reducido que el de autopista, el gas licuado te posibilita moverte por menos seis céntimos por kilómetro -sólo en costes de carburante-, cuando en el mismo modelo de gasolina te sale por unos 10.

Si optas por un utilitario de GLP, el gasto de adquisición será la mitad que el de un modelo como este y también te aseguras las ventajas de la pegatina ECO. Eso sí, ni mucho menos viajarás tan cómodo como acabo de hacerlo yo.

Mi opinión

Entre Madrid y Barcelona aún no hay puntos de recarga rápida para coches eléctricos. El GLP es la opción ECO más realista. Y mientras el gas valga la mitad que la gasolina, la economía también está de su lado.

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