El volante ‘yoke’ de Tesla ahora es opcional y cuesta 250 euros
Tesla es una fuente inagotable de noticias. Ya sea por intervención directa de Elon Musk o no, la marca estadounidense siempre se las apaña para que cualquiera de sus movimientos genere revuelo. Hasta algo tan sencillo como un volante puede ser fuente de polémica, y el ‘yoke’ de la firma es el mejor ejemplo de ello.
Fue en 2021 cuando, al anunciar la puesta al día del Tesla Model S, se presentó este volante, de corte futurista y que dejaba atrás la clásica forma redonda para presentar una rectangular, del estilo de un Fórmula 1, que prescindía de la parte superior.
Los amantes de la marca enseguida aplaudieron el arriesgado movimiento, pero no tardaron en salir a la luz voces que decían que no era buena idea y, cuando los primeros usuarios pudieron echarle el guante, se confirmó que la cosa era tal: su manejo era engorroso, sobre todo a la hora de hacer giros cerrados o a la de hacer maniobras como un aparcamiento.
Con esta situación, muchos fabricantes de componentes aprovecharon para desarrollar piezas que se acoplaban al volante y lo “completaban” en su sección superior.
Tesla se percató de la situación y, aunque le llevó un tiempo, el pasado mes de abril incluyó entre las opciones disponibles para el ‘S’ y para el Tesla Model X, la de instalar un volante tradicional, eso sí, previo pago de 700 dólares.
Aunque era bastante caro, los conductores se lanzaron en masa a adquirirlo, hasta el punto de que llegó incluso a agotarse.
El público habló y Tesla ha tomado nota, hasta el punto de que, a día de hoy, el ‘yoke’ no es el volante estándar de ninguno de los dos modelos, en el configurador aparece por defecto el redondo y el achatado es opcional y hay que pagar por él 250 euros.
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