VÍDEO: Prueba Mercedes-AMG G 63 4x4², una bestia en la cúspide de los todoterreno

4X4² significa más espacio libre al suelo, aletas más anchas y, en este caso, además, muchísimo poderío bajo el capó. De modo que este Mercedes-AMG G 63 4x4² de esta prueba no solo es el mejor de la marca para hacer todoterreno, también lo es para carretera, porque en lugar del antiguo 500 lleva el motor AMG 63: 585 CV, 850 Nm de par.

Y una vez en el puesto de conducción, te encuentras con todo un Mercedes Clase G. Y mientras modelos especiales como el anterior 4x4 o el 6x6 tenían solo una variante, esta vez se ha abierto la cadena de producción y el Mercedes-AMG G 63 4x4² actual puede tener hasta 40 colores de carrocería y dentro tienes más de 100.000 combinaciones distintas de colores, tapizados...

Lo que siempre está ahí son los tres típicos bloqueos y la reductora, pero lo que es nuevo aquí es que ya no verás la rueda de repuesto tan grande con sus 22 pulgadas, porque Mercedes ha instalado por primera vez en la Clase G un espejo digital con cámara posterior.

Sin duda, el campo es el hábitat natural de este Mercedes-AMG G 63 4x4² y se siente como en casa, pero si hablamos de asfalto, ahora la cosa cambia un poco. Hay que tener en cuenta la altura y el peso, ya que gana 300 kilos más respecto al Clase G normal, pero lo cierto es que eso no es un problema si tenemos en cuenta sus 585 CV y 850 Nm de par. 

Pero el tamaño sí se nota, y de qué manera. Voy tan alto que me siento en un camión, y también se siente claramente más ancho, y lo cierto es que cuando miro a los demás turismos me siento como Gulliver en Liliput, y eso requiere un tiempo para acostumbrarse. 

La velocidad máxima, debido al elevado centro de gravedad, a las ruedas y al ESP, está limitada a 210 km/h. El normal alcanza los 220, y con el paquete AMG Sport Driver, 240 km/h. Hay que tener ojo con el consumo, eso sí: puede llegar a los 20 litros sin despeinarse.

El año que viene se pondrán a la venta 500.000 ejemplares pero ninguno será exactamente igual que este. Su rendimiento todoterreno es indiscutible, pero también tiene un comportamiento grandioso en carretera, por eso ha llegado a lo más alto que puede llegar la Clase G. 

Por desgracia, eso también afecta al precio y es que es más caro que el G 63 normal, que no es precisamente barato, pero aun así, la demanda de este modelo ya ha superado su oferta. 

Y lo puedo entender, porque aunque la Clase G seguirá el año que viene, en un par de años llegará la variante eléctrica Mercedes EQG, pero seguro que no habrá ya un Clase G como este que tenemos hoy, y son muchos quienes quieren asegurarse el suyo, por lo que pueda pasar.