VÍDEO: Prueba del BYD Yangwang U8, ¿un coche chino de más 140.000 euros? Sí... no es low cost precisamente

Hoy en día, ningún fabricante en el mundo produce tantos coches eléctricos como BYD, y ninguno tiene una gama tan amplia. Con este contexto te podrás dar cuenta de la importancia de la prueba del BYD Yangwang U8, ¿un coche chino de más 140.000 euros? 

En China, los precios comienzan por debajo de los 10.000 euros, con el nada despreciable BYD Seagull. A nosotros han llegado otros modelos de gran volumen como el Dolphin, el Atto 3 o el Seal, pero en China también se dedican al lujo.

Lo hacen con una marca independiente, Yang Wang, cuyo primer modelo es este U8. Un SUV de más de cinco metros que cuesta unos 140.000 euros al cambio, que lo convierte en uno de los coches de producción china más caros. 

A primera vista es muy llamativo, como les gusta interpretar a los chinos el lujo, y nos es casualidad que BMW haya implantado esos enormes riñones en la parrilla, o que Maybach también tenga diseños muy barrocos. 

En el caso del U8 no recurren a cromados, sino a muchas luces de LED en la parrilla, pero si pasamos al lateral, está claramente inspirado en el Land Rover Defender. Si bien la tecnología se inspira más en el Mercedes Clase G. El U8 se ofrece como eléctrico e híbrido enchufable, y va hasta arriba de tecnología. 

Aunque de entrada no vendrá a Europa, mucha de la tecnología que lleva la veremos en modelos futuros de la marca. Pero antes de profundizar en esto, echemos un vistazo al interior. Para entrar, emerge eléctricamente un pequeño escalón del umbral, y una vez dentro, la verdad es que se aprecia mucho lujo con mucho lacado y cuero, que no tiene nada que envidiar a Mercedes y Maybach. 

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Lo cierto es que me recuerda un poco a Brabus o Mansory, por el grosor del cuero. Hay una enorme pantalla tras el volante, y una más grande aún para el copiloto. Y por supuesto, otra en la consola central con una curvatura muy elegante. 

Tan elegante como el volante, con una bella botonera y ruedas para el Tempomat o el aviso de mantenimiento de carril. Y otras funciones que en Land Rover llaman Terrain Response, y que aquí permiten regular la suspensión neumática o la tracción, para adaptarse a cualquier circunstancia del terreno. 

Por lo demás, mucho espacio en esta versión de cinco plazas, mientras que la de siete está aún por llegar. Los botones demuestran también que se toman en serio el todoterreno: puedo variar la altura del coche, así como controlar el diferencial autoblocante eléctrico delante y detrás, y por supuesto, los diferentes modos de tracción. 

Y esta es la respuesta a la Clase G eléctrica y al Land Rover eléctrico que está por venir. Aquí tenemos cuatro motores eléctricos con casi 1.200 CV en total, y más de 1.200 Nm de par, pero solo una batería de 50 kWh, porque el U8 es un Range Extender, o dicho de otra manera, un plug-in hybrid, con un motor de dos litros que carga la batería.

De este modo el coche puede recorrer más de 1.000 kilómetros, que son 125 en modo puramente eléctrico. Un poco decepcionante es la potencia de carga, de 7 kW en corriente alterna, y 100 en corriente continua. 

Por otro lado, las prestaciones del U8 son espectaculares: aunque pesa 3,5 toneladas, pasa de 0 a 100 en menos de cinco segundos, y alcanza los 200 km/h. Y luego tiene propiedades con las que otros conductores de todoterreno solo pueden soñar: con un botón se activa el sistema Tank Turn, por el que el coche gira sobre sí mismo. 

Esto facilita muchísimo aparcar esta mole de 5,40 metros: me basta con meter el morro, y la parte trasera se recoloca como por arte de magia. Y hay otra cosa que no tiene ningún otro coche, o al menos, ninguno de serie: el U8 puede navegar como un barco. 

El U8 está perfectamente aislado, y las ruedas adoptan la función de hélices, y en ningún momento se sumerge. Aparte, tengo cosas como dos diferenciales con bloqueo independientes, y suficiente par como para poder ahorrarme la reductora, múltiples regulaciones electrónicas de la tracción y una suspensión neumática que me permite elevar la carrocería hasta 15 centímetros.

Y tiene una capacidad de vadeo de un metros, que si son más, como hemos dicho, puede incluso navegar. Un diseño espectacular que hace girar cabezas, mucha tecnología y un par de funciones que lo hacen único. Sin duda, es el juguete definitivo para la élite eléctrica, e incluso eclipsa a todo un Clase G. 

Sí, ya hemos visto el prototipo EQG de Mercedes que puede circular lateralmente como un cangrejo y eso facilita también aparcar. Pero es que el U8 además puede navegar, por mucho que pese 3,5 toneladas, está tan bien aislado, es tan estanco, que se convierte en una lancha, con las ruedas ejerciendo de hélices. 

Todo esto lo vuelve un coche inigualable, y espero que algún día venga a Europa. Tiene una pega, y no es el precio de 140.000 euros, que sigue siendo más bajo que el de un Clase G eléctrico, sino su peso de 3,5 toneladas, que en muchos países de Europa implica sacarse el carné de camión para poder conducirlo.