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¿Tuvo sentido la lucha Leclerc vs. Sainz de Monza?

Carlos Sainz y Charles Leclerc en Monza

Pudo acabar en un toque entre los Ferrari y tirar a la basura un podio rojo en Monza, ¿tuvo sentido la batalla entre Sainz y Leclerc en Italia?

Carlos Sainz, elegido Piloto del Día tras acabar tercero en el Gran Premio de Italia, se ganó a pulso este honor que otorgan los aficionados cada carrera. El madrileño completó un fin de semana de diez en Monza, donde los ojos de la plana mayor de Ferrari estuvieron en él tras hacerse con la pole position el sábado y salir a por la victoria el domingo.

Porque Sainz, a pesar de ser consciente de que el Ferrari es un coche inferior al Red Bull, salió a por todas en Monza, frente a los miles de tifosi que sueñan con la vuelta de la Scuderia a la senda de la victoria. Carlos castigó los neumáticos en la defensa de su liderato ante Verstappen durante las quince primeras vueltas de la carrera y acabó cayendo momentáneamente - antes de la parada en boxes - en las garras de Charles Leclerc, que no dudó en achucharle desde el tercer puesto.

Clasificación Mundial F1 2023 tras el GP Italia

Esta no sería la única vez que Sainz y Leclerc se verían las caras sobre la pista. En la parte final del Gran Premio, cuando Sainz había sido adelantado por Sergio Pérez (que adelantó a Leclerc unas vueltas antes), después de otra férrea defensa del español sobre el mexicano, Carlos cayó al tercer puesto. Y Leclerc, que vio la oportunidad de subir al podio, fue a por él.

Carlos había vuelto a desgastar las gomas traseras en exceso en su batalla con 'Checo', y Leclerc, en cambio, había podido reservarse ritmo en sus neumáticos. Esto le permitió tirar el coche a Sainz y tratar de pasarle. Así comenzó una lucha que podría haber terminado en un toque como lo hizo inexplicable la de los McLaren de Oscar Piastri y Lando Norris.

Con el mejor resultado de la temporada en la mano, desde el muro indicaron a Leclerc que no asumiese riesgos, una frase donde ya le decían que podía tirar y luchar... aunque sin poner el peligro el resultado, que de todas formas - salvo que se produjera un choque - iba a ser un tercer y cuarto puesto, que es al final lo que importa al equipo, ya que no venía nadie cerca por detrás.

En la última vuelta de carrera, el sentido del 'correr sin riesgos' se vio en entredicho, con una espectacular pasada de frenada de Leclerc al final de la recta que pudo acabar con los dos coches rojos fuera de carrera. Charles acabó saltándose la chicane y teniendo que devolver la posición a su compañero.

Sainz, tan correcto y elegante como siempre, dijo que había sido "divertido pelear con él y con el resto (...) nunca sentí que con Charles había riesgos, con tu compañero siempre tienes más cuidado y dejas más espacio. Los dos Ferrari no pueden tocarse en Monza. Supongo que es lo que le gusta ver a la afición".

Vasseur, jefe de Ferrari, explicó que "ellos tenían la responsabilidad, dijimos que no se iba a intercambiar la posición". Otras veces, en otras carreras, la estrategia fue distinta y pidieron (a veces a Sainz) que no atacara a su compañero. Leclerc señaló que "no podía dejar pasar la oportunidad de luchar con Carlos al final. Me recordó a los duelos con Verstappen, al límite del reglamento. Ha sido divertido".

¿Innecesario? No hay duda que lo era, sobre todo para los intereses de Sainz y de Ferrari con un buen resultado para la irregular temporada que llevan ¿Divertido? Para los espectadores, está claro que sí... No olvidemos ahora que precisamente a los fans nunca les gustaron las (por otro lado entendibles) órdenes de equipo.

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