Toyota Supra, para nosotros esta es la mejor generación

Entre las referencias en deportivos japoneses siempre ha estado el Toyota Supra, uno de los nombres propios del segmento que ha regresado después de dejarnos huérfanos demasiados años. La nueva generación continúa siendo fiel al concepto aunque sufre cambios de relevancia. La utilización del bloque BMW no ha sentado bien a todos, y eso que se trata de un motor “pata negra”, si me permitís la expresión. ¿Cuál es tu generación favorita? Para nosotros esta es la mejor generación del Toyota Supra.

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El último es increíble, pero es que el penúltimo…

La llegada del Toyota Supra mk4 y su motor 2JZ-GTE significó un antes y un después para todos los amantes de los deportivos, sean del origen que sean. El bloque de seis cilindros y doble turbo que montaba aquel maravilloso Supra quitaba el hipo, sin más. Este propulsor de 3.0 litros nacido en los 90, y por supuesto la dinámica del deportivo, ha conseguido que la cuarta generación del Toyota Supra sea, tantos años después, un auténtico mito.

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Y tras leer estas líneas imaginarás que, para nosotros, la mejor generación del Toyota Supra es precisamente esa, la cuarta. Actualmente la marca ha recurrido a BMW para dar vida a su nuevo Supra, siendo los proyectos BMW Z4 y Toyota Supra mk5 similares en varios apartados. El último Supra monta un motor de seis cilindros con 3.0 litros que rinde una potencia de 340 CV. Es también ligero, es también tracción trasera, y es también llamativo. Quizás, incluso, demasiado.

Nos puede la añoranza

Nos puede la añoranza, y el recuerdo de aquellos maravillosos deportivos japoneses. Toyota Supra, Mazda RX-7, Nissan Skyline GTR R34, Honda NSX… no sigo que se me saltan las lágrimas. Bromas aparte, el Toyota Supra mk4 tuvo una dura competencia y, aún así, se mantuvo en la cima. Debido a ello, a sus grandes capacidades, a su estética y su espectacular motor biturbo, nos quedamos con la cuarta generación.

Famoso

El hecho de aparecer en algunas películas también ha provocado que su fama perdurara. La aparición en la primera entrega de A todo gas fue, cuanto menos, estelar. Un coche que conducía el fallecido actor Paul Walker y que se enseñaba en un llamativo color naranja. El último Supra tiene muchos competidores, pero el mayor lo tiene cerca de él, en casa. Su antepasado.