Siete diferencias fundamentales entre conducir una camper y un coche

No son demasiado evidentes, ni lo suficientes como plantearte no probar la experiencia de viajar con la casa a cuestas. Estas son las siete diferencias fundamentales entre conducir una camper y un coche.

Viajar en autocaravana está de moda, pero, a veces, el presupuesto de comprar/alquilar una es demasiado elevado. La alternativa es optar por una furgoneta camperizada que ofrece (casi) las mismas opciones de alojamiento, pero a un precio más asequible. 

He viajado en camper durante una semana; cinco razones para repetirlo y una para olvidarlo

Carnet de conducir

La mayor parte de las furgonetas camperizadas tienen un peso (Masa Máxima Autorizada -MMA-) inferior a 3.500 kilos. Esto supone que se pueden conducir con el permiso B, esto es, el mismo que se necesita para un turismo.

En caso de que la MMA del vehículo supere los 3,5 toneladas será necesario ser titular del carnet de conducir tipo C1.

Velocidad máxima

Los límites de velocidad máxima que deben respetar las camper y autocaravanas depende también de su MMA.

Si es igual o inferior a 3.500 kilos no hay diferencia con respecto a un coche (ya sea turismo, SUV...). Ahora bien, si supera esta cifra el conductor será sancionado si circula por autovías y autopistas a más de 90 km/h y en carreteras convencionales a más de 80 km/h, tal y como muestra esta infografía de la DGT:

Cuidado al frenar...

Esto es pura física: cuanto más grande y pesado es un vehículo más tiempo y distancia necesita hasta detenerse por completo. Esto significa que circulando con una camper debes aumentar la distancia de seguridad con respecto al vehículo que te precede y tratar de anticiparte a frenadas de emergencia.

Otro problema añadido es que, aunque las furgonetas camperizadas cuentan con numerosos espacios portaobjetos para que todo vaya bien atado. Aún así, hay más riesgo de que parte del equipaje no vaya del todo sujeto y que, en caso de frenazo brusco, este salga despedido dando lugar al peligroso efecto elefante.

... y al acelerar

Por la misma razón por la que una camper emplea más tiempo y distancia para frenar, también necesita un plus de segundos y metros para acelerar.

Esto, en marcha, supone que tienen que estar más atentos cuando se trata de entrar en una rotonda o adelantar a un vehículo.

Atento también a la altura

Las camper tienen formas más cuadradas lo que les resta aerodinámica y conlleva un aumento del consumo de carburante. A esto contribuye también su mayor altura con respecto a un turismo.

Esta mayor altura hace que el centro de gravedad del vehículo quede más elevado, lo que puede perjudicar la estabilidad, especialmente en curvas. 

También hay que tenerlo en cuenta al acceder a pasos subterráneos, puentes, garajes...

Giros

Este es uno de los apartados en el que más se nota la diferencia a la hora de conducir una camper o un coche.

Las furgonetas son más grandes y suelen tener un menor radio de giro lo que hace que haya que acostumbrarse en curvas y giros. No es complicado, tan solo hay que comenzar el giro un poco más tarde para evitar rozar el vehículo en la parte interna.

Hora a de aparcar

Aparcar una camper es algo más complicado que hacerlo con un coche por su tamaño y, sobre todo, porque ofrecen menos visibilidad.

La parte buena es que las camper modernas cuentan con numerosos sistema de ayuda a la conducción que facilitan la tarea de aparcar: cámaras de visión 360 grados, sensores de parking...

También es importante tener claras las diferencias entre estacionar, acampar y pernoctar (en este enlace te explicamos dónde está permitido aparcar una autocaravana y dónde te pueden multar).