Si la Ruta del Bakalao levantara la cabeza y viera al nuevo Renault 5 E-Tech...

Hoy quiero reflexionar sobre un mito: el Renault R5. Sí, lo traigo a estas líneas porque justo se ha presentado mundialmente el nuevo modelo (del que todavía no te puedo contar nada por cosas de los embargos, pero estate muy atento porque, a partir del 26 de febrero, tendrás toda la información en nuestra web www.autobild.es). 

La puesta de largo ha sido en París, y justo el 14 de febrero, día de los enamorados (debería sonar ahora “La vie en rose” de Edith Piaf) y lo que sí te puedo contar es que tiene un pintón tremendo. No llegará al mercado hasta, por lo menos, el próximo verano. Te dejo una imagen del concept de Renault del que deriva y solo te digo que su estética es realmente fiel al modelo definitivo.

Cuando miras el primer R5 de la historia, el de 1972, te llevas las manos a la cabeza sabiendo que eran los coches familiares de la época: cinco personas apelotonadas dentro y con todo el equipaje a cuestas para irse unos días de vacaciones a la playa (en el mejor de los casos).

Y es cuando entiendes por qué las bacas eran, entonces, casi obligadas para viajar (el maletero era demasiado pequeño) y te das cuenta que sin los sistemas de seguridad ADAS de por medio, sin airbag, sin frenos ABS ni controles de estabilidad que valgan, eras un digno superviviente cada vez que llegabas a tu destino.

El caso es que, orgulloso de contar con buenos amigos valencianos, mi cabeza me llevó rápidamente a la famosa Ruta del Bakalao. ¿Por qué? Porque el Renault R5 fue uno de los coches que movilizó a toda esa corriente de adolescentes ávidos de fiestas interminables, de discotecas a todas horas y de todo tipo de excesos habidos y por haber. 

Su apogeo tuvo lugar entre los años 80 y 90, así que ya no estamos hablando del primer R5, sino de versiones como el Renault Super 5 GT Turbo, un modelo basado en la segunda generación del modelo y que era el más prestacional de la gama gracias a un motor turbo de 1,4 litros y 120 CV de potencia. 

Tenía un kit de carrocería que le otorgaba un estilo más deportivo y macarra, así que era carne de los parking de aquellas discotecas como Barraca, Spook Factory o Chocolate. Era llegar allí y atraer las miradas envidiosas de todos los presentes.

Hubo otros muchos coches que poblaron esta famosa ruta del Bakalao, también conocida como ‘Ruta Destroy’ y aquí tienes un listado con los más populares. 

Claro, lo siguiente que me viene a la cabeza es preguntarme… ¿Cómo sería la Ruta del Bakalao con el nuevo Renault 5 2024? La historia se me antoja un poco diferente. ¿Por qué? Porque el futuro 5 será 100% eléctrico y eso ya impone una serie de condicionantes curiosos que cortarían la fiesta por lo sano. 

¿Te imaginas a la nueva ‘chavalada’ echando cálculos sobre kilovatios/hora, kilómetros de autonomía que le quedan y puntos de recarga? La verdad es que la fiesta techno seguramente cobraría otra dimensión. 

Lo que está claro es que, con Android Auto y Apple CarPlay de serie, con Google Assist y todos los servicios de Google integrados en su gran pantalla central, a los jovenazos no se les iba a escapar ni una sola fiesta. Y en el propio parking, tendrían muchas horas para poner a prueba el sistema de sonido del Renault 5 2024.

Una reflexión al ralentí

Hablando de coches eléctricos, cada vez tengo más claro que esta tecnología se ha convertido en una auténtica pesadilla para las marcas. Sobre todo en Estados Unidos. La ecuación no acaba de funcionar: las inversiones de los fabricantes son cada vez más altas, pero, por otra parte, la demanda de los coches eléctricos han sufrido un parón importante.

¿Por qué? Porque los potenciales clientes de estos coches ya han satisfecho sus deseos de tener uno en el garaje y ya no hay mucha más gente interesada por una tecnología que, todavía y a día de hoy, da muchos quebraderos de cabeza.

Ni siquiera tirar los precios (como ha vuelto a hacer Tesla con su Model Y) está animando el mercado. En Europa, la tendencia sigue siendo positiva, pero viendo lo que está pasando al otro lado del charco, los fabricantes se temen lo peor. 

Un Consejo

Muchos se quejan de cómo se conduce en ciudades grandes como Madrid o Barcelona y del nivel de tráfico insoportable que sufren (sufrimos) sus habitantes. Pero no hay nada cómo salir fuera de España para darte cuenta de que nuestro nivel de civismo al volante, lejos de ser el ideal, es bastante mejor que el que se vive en ciudades como, por ejemplo, París (sí, recuerda que estoy aquí por el nuevo Renault 5).

Una vueltecita en autobús por sus calles y te das cuenta de que el drama está presente en cada esquina. Frenazos, bocinazos por aquí y por allá, insultos y tensión, mucha tensión para ganar cada metro de asfalto. Es una guerra total.

¿Y el tráfico y las horas punta? Vale que a las 17h de la tarde te tengas que tragar un bonito atasco en una circunvalación de cuatro carriles, pero que ocurra lo mismo a las 00:00 de la noche es una locura. Por eso, mi consejo es que sigamos demostrando grandes dosis de paciencia al volante e intentar mejorar las cinco conductas que más nos cabrean al volante.