¿Los remolques y semirremolques deben tener tarjeta de inspección técnica?

Si eres de los que los llevan en el coche a menudo, es lógico que te preguntes si los remolques y semirremolques deben tener tarjeta de inspección técnica. Hoy te resolvemos la duda: sí. Sin embargo, hay ciertas variaciones que también debes tener en cuenta.

Lo primero es tener claro que un remolque es aquel vehículo no autopropulsado que es remolcado por un vehículo con motor, mientras que el semirremolque es aquel que, además, está diseñado para posarse sobre el vehículo, transfiriéndole gran parte de su masa.

Esta clasificación hay que saberla por conocimiento, pero la que realmente importa a la hora de pasar la ITV y tener tarjeta de inspección técnica es la que divide en función de la Masa Máxima Autorizada (MMA) del remolque:

• Remolques ligeros: MMA igual o menos a 750 kilos
• Remolques pesados: MMA mayor de 750 kilos

Es la pertenencia a uno u otro grupo la que determina cómo interactúa cada remolque con la Inspección Técnica de vehículos, sin importar que tipo de remolque sea (plataforma, carro, remolques de caballos de segunda mano, etc.)

Los remolques ligeros no tienen que pasar la ITV por sí mismos, pero sí tienen que estar presentes cuando el vehículo que los remolca la esté pasando, con el que además comparten la periodicidad del trámite y sus mismas rutinas.

Así, tiene la misma matrícula que el automóvil y comparte el mismo seguro, pero tiene que tener su propia tarjeta ITV y además tiene que documentar que el sistema de acoplado es compatible.

La situación de los remolques pesados es diferente: la ITV los considera un vehículo en sí, por lo que tienen que pasar su ITV independiente del coche que los remolque (y de los plazos a los que esté ajustado este).

Por eso tienen matrícula propia, tarjeta de la ITV propia, permiso de circulación, documento del sistema de acoplado compatible, seguro individual y, además, revisiones periódicas que dependen de su antigüedad: cada dos años hasta que cumpla seis, anualmente de los seis a los 10 años y, partir de ahí, cada seis meses.