La razón por la que debes mover el coche en verano para evitar averías
Seguro que muchos (no todos, por desgracia) piensan que es lógico pasar una revisión antes de salir de vacaciones, pero casi ninguno tiene en cuenta algo que también es importante: mover el coche durante el verano para así evitar averías. Te contamos el porqué.
Si cuando llegas a tu destino tienes un garaje cubierto y con temperatura constante no tendrás mayor problema, pero la mayoría de nosotros dejamos el coche aparcado donde buenamente podemos y, en muchas ocasiones, bajo un sol de justicia.
Vídeo: mantenimiento básico del coche tras el verano
Y si lo que ocurre es que te vas de vacaciones con uno de los coches que tenéis en casa y el otro se queda aparcado las consecuencias a tu regreso pueden notarse de forma evidente.
En este caso, una posible solución es que compres una funda y se la pongas, con eso evitarás no solo que se ensucie, sino que el sol no incida de forma directa, especialmente en las horas centrales del día en las que se concentra tanto calor. Aunque la temperatura interior seguirá siendo alta y eso afecta a los acabados del habitáculo.
Como puedes suponer, en España, las temperaturas que se alcanzan en verano son elevadas y eso no solo afecta a la mecánica, sino también a la pintura, los plásticos interiores y, en general, a todos los acabados del vehículo.
De la misma manera que no es recomendable tener un coche parado durante el otoño o el invierno, si no quieres que se llene de hojarasca, que los cambios de temperatura carcoman las juntas y gomas y vaya deteriorándose, en verano te recomendamos que lo muevas más o menos a menudo, para evitar que se vea afectado por el calor.
En los días más calurosos del verano nuestro coche puede llegar a alcanzar temperaturas de hasta los 70 grados centígrados en su interior. Las consecuencias son nefastas para el volante, los asientos y el salpicadero, sean del material que sean.
5 trucos para proteger tu coche del calor
Todos contamos con pasar un buen sofocón en el momento de emprender la marcha cuando dejamos el coche al sol, pero quizás no contamos con que los materiales se agrieten o incluso cambien de color.
Nuestro consejo es precisamente que lo muevas de forma regular y lo aparques en lugares diferentes. De manera ideal a cubierto, si fuera posible. Y si no, en zonas sombrías durante la mañana y la tarde, con lo que lograrás que el sol incida lo menos posible y no siempre en la misma parte del vehículo.
Como te decimos, la propia pintura de la carrocería se puede ver afectada, las juntas de plástico de las ventanillas se pueden agrietar y los plásticos interiores perder su primera capa de protección. Incluso se han dado casos en que el cuero se cuartea o quema con el sol. Con todo esto, estaremos afectando directamente a la forma en la que está envejeciendo nuestro vehículo.
Es importante tener esto en cuenta, porque sin querer estamos restando valor residual a nuestro coche para ese momento futuro en que lo queramos vender o entregar como parte del pago para la compra de uno nuevo en el concesionario.
Cuando estés de regreso, no olvides estos 15 consejos para cuidar tu coche este verano... y no llorar luego en la vuelta al cole.
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