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Prueba Opel Corsa 1.2T, un coche de toda la vida que convence

Prueba Opel Corsa 1.2 T

Ni eléctrico, ni híbrido...

Un Opel Corsa. Con motor gasolina. Etiqueta C de la DGT. Lo de toda la vida. Y qué bien va. Ese es mi resumen tras una semana de pruebas con el nuevo Opel Corsa 1.2 T, un coche con más de 30 años de historia que luce muy agresivo en su nueva generación, nacida en 2020.

El diseño siempre es una de las principales razones de compra y en este caso es una baza ganada por este Corsa, con un frontal muy agresivo y una carrocería afilada que le confiere un toque muy deportivo desde cualquier ángulo que se vea.

Toques rojos y deportivos en el puesto de conducción
Toques rojos y deportivos en el puesto de conducción

Por dentro, un puesto se conducción mucho menos digitalizado de lo que se puede ver hoy en día en la competencia. ¿Eso es malo? Pues depende, porque a veces el exceso es negativo y creo que para un modelo como el Corsa este cuadro de mandos es más que suficiente.

Manejar su sistema de infoentretenimiento es sencillo, de hecho de retrotrae a cinco años atrás. Es cierto que Opel mantiene un pantalla digital con las principales funciones, pero climatización o radio se manejan con eficientes ruletas de toda la vida.

Así funciona su cambio automático 

La postura de conducción va en la línea deportiva del modelo alemán, con un centro de gravedad rebajado y la sensación de conducir muy cerca del suelo. Lo único que no me ha gustado en la posición de la palanca del cambio automático, que queda demasiado baja.

Cambio automático, sí, porque este Corsa de motor 1.2 Turbo se asocia una transmisión automática de ocho velocidades que me ha gustado por su suavidad y escalonamiento. Es algo más lenta que las DSG de rivales alemanes y cuenta con manejo secuencial.

La trasera está rematada un alerón
La trasera está rematada un alerón

Lo mejor es que exprime bien los 100 caballos de potencia de un modelo que se beneficia de su bajo peso (declara en báscula 1.165 kilos) para colocar entre sus mejores virtudes el rendimiento del motor y el comportamiento dinámico.

Gracias a ese buen escalonamiento de las ocho velocidades, el Corsa 1.2T acelera con alegría y luego es capaz de mantener cruceros destacados en autovía sin gran esfuerzo. De hecho no transmite la sensación de velocidad que refleja el cuadro de mandos cuando miras al velocímetro.

Llega la hora de probarlo a fondo en curva

En terrenos virados me ha gustado lo bien que transmite la dirección lo que pasa bajo las ruedas, así como las pocas inercias que se sienten en cambios de apoyo. Mejoraría el tacto del pedal de freno, demasiado esponjoso si haces un uso deportivo.

¿Y cómo se lleva con el surtidor? Vista la escalada de precios de los combustibles, con la gasolina por encima de 1,5 euros el litro, se agradece llevar un coche con un nivel digno de prestaciones y un consumo real de 6,1 l/100 km.

Sencilla pantalla táctil y accesos directos por botón
Sencilla pantalla táctil y accesos directos por botón

Con plásticos de calidad en su interior y terminaciones muy aceptables, en las plazas traseras del Corsa echo en falta algo más de espacio para las cabezas. Son lo peajes de lucir una silueta tan deportiva, con la pronunciada caída de la trasera.

Detrás, un maletero de 309 litros, cifra que se queda por debajo de los 344 que te puede dar un Seat Ibiza. Eso sí, el español es bastante más caro que un Opel Corsa 1.2T cuyo precio se fija en poco más de 18.000 euros.

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