Prueba del nuevo Volkswagen Atlas en EE.UU: es genial, ¿por qué no lo traen a Europa?

El nuevo Volkswagen Atlas es aún más grande, y eso es decir mucho. Y es que claro, su  mercado es el americano, donde el 90% de los modelos que vende son SUV: el Atlas, el Volkswagen Tiguan (que solo está disponible allí en la versión larga), el Taos y cada vez más, el Volkswagen ID.4 eléctrico (20.511 vehículos matriculados allí en 2022).

Y es que el grupo vendió un total de 301.000 coches en los Estados Unidos en el año pasado, lo que no es para echar cohetes: son 32.000 menos que BMW, 30.000 menos que en los días del Beetle y las furgonetas ‘hippies’ de hace 50 años. Incluso el Jetta, del que Volkswagen siempre habla vendido mucho como un automóvil razonable y seguro para la generación de jóvenes universitarios, ya no es un éxito de ventas.

Diseño interior: hay mucho espacio en el Atlas

Pude probar el Atlas durante unos días. Está disponible como un TSI de cuatro cilindros con 238 CV desde 34.335 dólares (unos 32.300 euros al cambio). Como SEL con motor de gasolina V6, 3.6 litros, 280 CV y tracción en las cuatro ruedas, cuesta 47.745 dólares. Y también está disponible con una parte trasera cupé como Atlas Cross Sport, desde 34.460 dólares en su versión R-Line. Sin duda, precios competitivos cuando los comparamos con Europa. 

El gran SUV tiene una enorme cantidad de espacio: 5,05 metros de largo (Touareg: 4,88 metros), casi exactamente tres metros de distancia entre ejes, y siete asientos repartidos en tres filas. 

Como seis plazas, viene con asientos individuales ajustables en la fila dos, y otro par en la tercera, que se puede plegar en dos partes. Añade un techo de cristal de amplia apertura, transmisión automática de ocho velocidades, y cuatro modos de conducción.

Un control en el interior claro y sencillo

Cada interruptor está donde pertenece, el infoentretenimiento es de la generación anterior que tanto nos gustaba, sin añadidos innecesarios. CarPlay y Android Auto funcionan de forma inalámbrica, el climatizador automático se puede regular en la parte trasera. Y se puede activar un dispositivo WiFi.

En el interior, todos los plásticos y paneles son de color antracita/negro o beige. Sí, los plásticos se ven más sólidos de lo habitual, pero les falta un toque ‘premium’. Pero, ¿debería ser esa realmente la razón por la que el mercado europeo no quiere un coche así? No lo tengo claro: me da que el Atlas tendría mucha aceptación entre nosotros. 

Comportamiento del Volkswagen Atlas

Con todas las plazas ocupadas, el Atlas se desliza relajado, te sientas cómodamente alto y no te amedrentas ante los SUV aún más grandes que te adelantan por la izquierda y la derecha (ojo, que en esta carretera de Estados Unidos no podemos pasar de los 55 km/h).

En cualquier caso, este coche se ajusta a la demanda, tamaño y necesidades de los estadounidenses. Por supuesto, un Touareg ofrece más lujo, está mejor aislado y es más perfecto. Pero no es más grande.

Los automóviles son tradicionalmente más asequibles en los EE. UU. que aquí. Y eso lo tiene que tener en cuenta un fabricante que no se llame BMW, Audi o Mercedes. Volkswagen tiene que ir a otro lugar, a las masas, donde la competencia es mucho mayor. 

Tal vez los acabados no sean tan impecables como en un Touareg europeo, pero la solidez y el comportamiento equilibrado típicos de la marca, están ahí. No olvidemos que por un Touareg debes pagar en España en torno a los 70.000 euros, para empezar a hablar.