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Prueba: Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye. ¡808 CV!

Prueba del Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye

La silueta se difumina bajo una nebulosa repentina, que queda suspendida siempre que pisas a fondo. Y cuando se despeja, lo único que verás serán dos franjas negras en la carretera. Esta es la prueba del Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye.

No esperemos más y pasemos a lo más importante, que está bajo el capó: un V8 de 6,2 litros y, esto de aquí encima, que ahora está un poco caliente, es un compresor. Pero, ¿de quién es semejante bestia? Puede del Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye. 808 CV, este es el dato más importante. Y nada menos que 959 Nm de par máximo.

VÍDEO: ¡Aún más a ras del suelo!

Pasa de 0 a 100 en 3,5 segundos, siempre que las ayudas electrónicas esté activadas. La fuerza se gestiona por un cambio automático de ocho relaciones. La punta es de 327 km/h. Por desgracia, no podemos comprobarlo en carreteras americanas. Hoy por hoy, no hay un coche más mucle-car que este. Porque el Demon, más potente, ya no se vende.

Dar gas... Despertar al demonio

Desde la primera pisada, uno tiene claro que este coche es para quemar asfalto. Pero quien quiera comprobarlo, deberá tener una cartera hinchada: la media de consumo del indicador es de 22 litros. No podemos ni imaginarnos cuánto gastaría en el carril izquierdo de una autovía alemana. Pero, sinceramente: aquí, la diversión no reside en su velocidad máxima. Aquí dentro el sonido también te pone los pelos de punta. El de admisión no se oye tanto, pero sí el del compresor.

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¿Y qué tenemos ahí? Un túnel. Voy a abrir un poco la ventanilla, voy a comprobar que no tengo a ningún policía detrás, y... A darle gas. Tengo todos y cada uno de mis pelos en punta. Veamos: 6,2 litros, sencillamente, suenan brutales, pero me da que en algunos países de Europa no podrá ser tan bestia, las ITV tendrían algo que decir.

¿Son necesarios 808 CV?

Pero no es un coche normal, este Challenger SRT Hellcat Redeye, y su sonido tampoco. Pone los pelos de punta incluso cuando rodamos lentos, como ahora. Y es el mismo motor que el del Challenger Demon, aunque ese tiene algo más de potencia, 850 CV, y aquí "soolo" tenemos 808.

Tengo que deciros que a mí me bastan. Puedo vivir sin esos 42 CV extra. La respuesta del motor es peculiar: primero el compresor entra en calor, y luego el coche empieza a andar. Tengo que decir que el pedal del es típicamente americano. No es tan directo como en un deportivo europeo, pero el poderío está ahí, y el empuje.  

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Los 'likes' se los lleva por la potencia, pero ojo a la respuesta de este propulsión trasera: a 120 km/h en cuarta, basta un golpe de acelerador para volver a incrustarte al respaldo. La reacción es mucho más instantánea de lo que esperas, de modo que, ojo al adelantar. Y ahora hablemos de todo lo que no es el motor. La dirección no es la más directa del mundo, por eso en curvas rápidas no tengo la mejor sensación respecto a las ruedas delanteras, he de decir.

Bien calzado

Y hablamos de neumáticos de 305 con llantas de 20 pulgadas. Por tanto, al girar notas que hay mucha masa ahí delante. Pero con todo, claro que puedes disfrutarlo en curvas, aunque creo que está más pensado para las rectas. También son de 305 las ruedas traseras, que deben gestionar 808 CV, y por tanto se llevan al límite, algo de lo que te avisa el control de tracción: constantemente, la luz se enciente en el cuadro de instrumentos.

Prueba del Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye
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Pero es lo que esperábamos, ¿no? Lo que está claro es que vamos en un misil, por encima de 800 CV hablamos de otra liga, y de hecho, porque incluso si hablamos de un BMW M3 o un Mercedes C 63 también tienen más potencia de la necesaria, pero en este coche, ya hablamos de otra liga. Por eso, hay que tener los sentidos al máximo cuando uno pisa a fondo.

El aire para su corazón lo toma el bólido del faro interior de la izquierda, que tiene una oquedad, y el compresor lo toma del derecho, además de las entradas del capó.

Viva el plástico

Prueba del Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye
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Una primera impresión del interior: este es el reino del plástico. Por mucho que llevemos un V8 ahí delante, todo aquí dentro, también lo que parece de aluminio, de es plástico duro. Tampoco el cuero se siente como lo que acostumbramos en un coche europeo, parece más escay.

Y ahora pasemos al precio: la versión básica del Redeye parte de 72.745 dólares, y eso, por supuesto, es poco dinero para un coche que supera los 800 CV. Pero no hay que olvidar que por 11.000 dólares menos, tenemos el Hellcat "normal" de 727 CV. Son 11.000 más por este "ojos rojos"... No es moco de pavo.

Conclusión

Y a eso hay que añadir que la plataforma de este Challenger ya está entrada en años. En origen, es la de un antiguo Clase E de los tiempos de Chrysler, y desde luego no es un coche para ponerse a devorar curvas. Y su abundancia de plásticos no lo hacen muy refinado. Pero aquí se trata de emociones puras, las que transmite su motor. Por eso se lo perdonamos.

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