Prueba en circuito: McLaren 750S

La firma británica demuestra una vez más con el McLaren 750S que incluso en la cima hay margen para mejorar. El biturbo de cuatro litros es una lima delicada y un hacha contundente al mismo tiempo, responde de manera extremadamente precisa a los más pequeños cambios de ángulo en el pedal del acelerador y ataca la parte trasera con una fuerza tan primitiva en el siguiente momento que por un instante el corazón salta al estómago al salir de la curva.

Esto al volante del nuevo McLaren en la antigua pista de Grand Prix de Estoril, donde puedo exprimir al máximo el nuevo modelo superior, y llevar los neumáticos Pirelli P-Zero Trofeo R hasta su límite de adherencia. Y créeme: ese límite es extremadamente alto.

Aunque el 750S tiene neumáticos delanteros de solo 245 mm, con la vía ensanchada en seis milímetros y la dirección electrohidráulica altamente sensible, se maneja tan fácil y delicadamente hacia el vértice que uno siente que tiene las ruedas delanteras directamente en las manos.

Se suman a esto los frenos más confiables más allá de Zuffenhausen. El hardware del paquete opcional Track es una evolución del sistema del Senna.

El McLaren 750S es 30 kilos más ligero que el 720S

A pesar de que la plataforma monocasco de carbono ya estaba optimizada para la ligereza, McLaren ha eliminado otros 30 kilos; 2,2 de ellos corresponden al nuevo sistema de escape deportivo de acero inoxidable con un enfoque optimizado y un silenciador final ahora ubicado en el centro. También su sonido ha cambiado en comparación con el 720S, que llega ahora, especialmente en el Spider, más afinado a los oídos del conductor.

Por dentro

En el interior, tengo un sistema de infoentretenimiento actualizado y los controles tipo murciélago conocidos del Artura en los lados exteriores del panel de instrumentos. A través de un botón con la silueta de un colibrí (debido a la historia neozelandesa de la marca), se puede configurar un ajuste individual, los interruptores para el launch control y la elevación del eje delantero se han dispuesto de manera más intuitiva.

Las levas siguen siendo una verdadera palanca de aluminio, en cada extremo se puede tirar, y también al presionar se puede obtener el resultado inverso. Además, giran con el volante, por lo que también se puede operar bajo cualquier ángulo de dirección.

Y ya que estamos hablando de dirigir: esto se hace con uno de los volantes más perfectos de la industria, delgado, con buen agarre y sin botones. El nuevo 750S de McLaren es el superdeportivo perfecto para aquellos que pueden permitírselo.

Conclusión

Ningún Porsche en el mundo provoca emociones similares. McLaren ha logrado darle a sus coches un carácter inconfundible, que el nuevo 750S lleva a la cima con muchas mejoras detalladas y perceptibles.