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El piloto del Pegasus que se estrelló en Almería intentaba aterrizar para comer en un restaurante

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La investigación abierta por el Ministerio de Transporte revela que el piloto del helicóptero de la DGT que se estrelló en Almería quería aterrizar en un restaurante en el que había reservado mesa para comer

El pasado 11 de agosto un helicóptero de la DGT sufría un accidente en Almería. Era el segundo siniestro de este tipo en el año, ya que a principios de marzo otra aeronave dedicada a labores de tráfico perdía el control en Madrid. Ahora se sabe que el piloto del Pegasus estrellado en Almería intentaba aterrizar para comer en un restaurante.

El episodio registrado en la Comunidad de Madrid (el Pegasus se estrelló en la localidad de Robledo de Chavela) fue especialmente polémico porque el piloto dio positivo en las pruebas de  drogas (en cocaína y anfetaminas, para ser más concretos) que se realizaron tras el siniestro. Se supo además que trató de sarse a la fuga y que ha sido acusado por un delito contra la seguridad aérea.

 

El segundo accidente fue, en su momento, menos mediático. Uno de los helicópteros de la DGT vigilaba el tráfico en la provincia de Almería como parte de la operación especial de tráfico desplegada con motivo de la festividad del 15 de agosto. A media mañana, la aeronave sufría un accidente sin que hubiera que lamentar víctimas, aunque sí importantes daños materiales.

El helicóptero quedó totalmente destrozado sobre un árbol y las imágenes se hicieron virales en redes sociales dando lugar a todo tipo de comentarios.

Parada para comer

Desde el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana se abrió entonces una investigación para tratar de esclarecer lo sucedido. Si en su momento sorprendió que el helicóptero se encontrara en el aparcamiento de un restaurante donde no había ningún lugar habilitad para aterrizar, ahora se sabe que la intención del piloto era hacer una parada para comer.

El informe de la investigación recoge que "el piloto decidió aterrizar para comer junto a un restaurante al que había llamado por teléfono previamente". "Durante el aterrizaje en una zona no preparada, el movimiento del rotor principal causó una nube de polvo, perdiendo el piloto las referencias visuales del terreno, lo que provocó el impacto del rotor contra un árbol y la posterior caída al terreno", concluye.

Etiquetas: DGT

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