¿Qué pasa si juntas a un piloto de la Fórmula E y un coche español que todavía no ha sido puesto a la venta a -35ºC?

Lo habitual es que, entre el anuncio de un nuevo modelo su puesta a la venta, pase un año o dos a lo sumo. Sin embargo, hay ocasiones en las que, por un motivo o por otro, el proceso se alarga bastante más. Es el caso del Cupra Tavascan, del que tuvimos noticias por primera vez en 2019 pero todavía no se ha puesto a la venta.

Hace ahora justo un año, Cupra desveló la versión de producción definitivo, a la vez que anunció se lanzaría al mercado este 2024. No ha habido cambios en la hoja de ruta, pero por el momento el Tavascan sigue llevando a cabo pruebas, entre ellas algunas de lo más interesantes.

Y es a sus mandos se ha podido poner Lucas Di Grassi, piloto de la Fórmula E, en un entorno tan espectacular como Laponia, donde ha podido conducirlo sobre nieve y hielo a temperaturas de hasta -35 grados centígrados.

El piloto comentaba que “han sido muchos años pilotando por todo el mundo, pero esta es la primera vez que conduzco en condiciones gélidas tan extremas”. Además, le ha supuesto recordar su historia, puesto que “en el pasado fui piloto de pruebas, ayudando a desarrollar tanto monoplazas como neumáticos de competición”.

Parece que la respuesta del SUV eléctrico ha convención a Di Grassi, quien explica que “estas condiciones permiten entender muy bien cómo se comporta el coche. Al generar carga frontal puedes apreciar cuánto agarre obtienes y qué tan sensible es el coche”.

“Me ha impresionado lo bien que se puede gestionar el sobreviraje del Cupra Tavascan. Al ser un vehículo de tracción a las cuatro ruedas, realmente puedes aplicar la potencia necesaria para controlar el deslizamiento”.

Di Grassi, eso sí, solo ha formado una pequeña parte de las instensas pruebas que realizan en la marca en este lugar, en el que más de 100 ingenieros de I+D de la compañía pasan por las instalaciones para llevar a cabo unos 1.100 días de ensayos desde noviembre hasta marzo.

Las pruebas a las que se someten a los coches son muy duras, destacando la de durabilidad, en la que se enfrenta a 30.000 km de conducción tanto diurna como nocturna.

El Dr. Werner Tietz, vicepresidente de I+D en Cupra, ha declarado: “Para nosotros es importante que el coche sea divertido de conducir, aportando suficiente par y potencia. Es por ello que estas pruebas nos vienen muy bien para, entre otras muchas cosas, afinar y ajustar aspectos como el control de estabilidad (ESC) sobre condiciones de baja fricción”.

Cada vez queda menos para que el Cupra Tavascan llegue al mercado, algo que hará con dos versiones distintas.

La de acceso responderá al nombre de Endurance, tendrá tracción trasera gracias a un motor de 286 CV potencia y 545 Nm de par máximo, montará una batería de 77 kWh y tendrá una autonomía de 550 km.

Por encima estará la VZ, que ya contará con un sistema de propulsión integrado por dos motores, con una potencia conjunta de 340 CV y el mismo par de 545 Nm, tracción a las cuatro ruedas, la misma pila y un alcance algo menor, 520 km.