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¿Qué pasa cuando estrellas un pick-up eléctrico de más de tres toneladas contra unas protecciones de hormigón?

Prueba de choque Rivian R1T

Continúa la preocupación en EE.UU. sobre el aumento de peso de los vehículos modernos. Sin embargo, el problema va más allá. Te lo contamos aquí. 

En los últimos años han surgido muchas preocupaciones sobre el aumento de peso de los vehículos modernos. Al principio, el problema empezó con la popularidad y el tamaño cada vez mayor de los todoterrenos. Ahora, con los pesados paquetes de baterías de los modernos vehículos eléctricos, la situación no ha hecho más que empeorar

Estos vehículos se han vuelto tan pesados que investigaciones recientes indican que los sistemas de guardarraíles de Estados Unidos podrían no ser lo bastante resistentes para soportarlos. Esto podría ser motivo de preocupación tanto para los conductores usuales, pero también para los militares.

Investigadores de la Universidad de Nebraska-Lincoln realizaron recientemente una prueba de choque con una camioneta Rivian R1T, que pesa aproximadamente 3.175 kg. En la prueba, la camioneta fue conducida hacia un guardarraíl a 96 km/h (60 mph). Sorprendentemente, los investigadores observaron que el camión apenas redujo la velocidad después de chocar contra la barrera.

Prueba de choque Rivian R1T

Asimismo, la investigación ha dado a conocer que las camionetas más pesadas no son las únicas preocupantes. En otra prueba en la que participó un Tesla Model 3 de 2018, la berlina eléctrica levantó el guardarraíl, pasó por debajo y se detuvo en el otro detrás de la barrera.

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El problema radica más allá del peso de los vehículos

Estas pruebas ponen de manifiesto que el problema va más allá del peso de los vehículos eléctricos, que suelen pesar entre un 20 y un 50 % más que sus homólogos de gasolina. También es importante tener en cuenta sus centros de gravedad más bajos, que pueden dar lugar a comportamientos inesperados que los diseñadores de los guardarraíles quizá no hayan previsto.

"Es urgente abordar esta cuestión", afirma Cody Stolle, director adjunto del Midwest Roadside Safety Facility, en un comunicado publicado por la universidad. "A medida que aumente el porcentaje de VE en la carretera, también aumentará la proporción de accidentes por salida de vía en los que se vean implicados VE", explica. 

Cada año se producen miles de accidentes mortales en más de 100.000 salidas de vía en las carreteras estadounidenses. Las investigaciones indican que, dado que los vehículos eléctricos se ven implicados en este tipo de accidentes a velocidades e índices similares a los de los vehículos de combustión interna, podrían ejercer entre un 20% y un 50% más de energía sobre las barreras de las carreteras.

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El ejército también está preocupado

Y la preocupación por la seguridad va más allá de los propietarios de los vehículos. La investigación de la universidad está financiada, en parte, por el ejército estadounidense, que considera que se trata de un asunto de importancia para la seguridad nacional. Su preocupación radica en que alguien con malas intenciones podría utilizar un VE para estrellarse contra las barreras que rodean lugares sensibles. 

"Es fundamental realizar estas pruebas comparativas de referencia de VE para comprender cualquier riesgo potencial para nuestra nación", declaró Genevieve Pezzola, investigadora de ingeniería civil del Centro de Investigación y Desarrollo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos

"Este trabajo es el primer paso necesario para garantizar las medidas de protección de nuestra nación, así como los sistemas de barrera al borde de la carretera y las barreras de protección contra vehículos hostiles".

Rivian R1S

Aunque la solución para los militares puede ser relativamente sencilla (basta con hacer las barreras más resistentes), en el caso de los diseñadores de autopistas, la situación se complica un poco más. Una barrera lo bastante fuerte como para atrapar un VE de 2.000 kg debe ser también lo bastante deformable como para no destruir un coche compacto de combustión interna de 2.500 kg. Según Stolle, esa es exactamente la razón por la que la universidad está llevando a cabo estas pruebas.

"Necesitamos saber ya todo lo que podamos, porque lleva tiempo diseñar nuevos sistemas, evaluarlos y confirmar los resultados con pruebas de choque a escala real", explica Stolle. "Entonces, los departamentos estatales de transporte de todo el país podrán iniciar el proceso de actualización de las barreras de carretera a nuevas versiones con mayor robustez". 

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