Los radares son un elemento integral de nuestras carreteras, pero que su presencia se de por hecho no implica que a los conductores les guste. Es por eso que de cuando en cuando sale en las redes alguna treta para engañarles, muchas de las cuales ni siquiera funciona. No es el caso de es nuevo truco que evita ser multado por los radares y que está de moda en Europa.

Llevar inhibidores de radar es algo la mayoría de la gente no se plantea, puesto que implica una multa considerable. La opción que queda, por tanto, es la de intentar engañar al dispositivo cuando ocurre la cazada.

Hemos visto opciones como la de la hoja magnética pegada a la matrícula, no son pocos los motoristas que llevan una tela cerca para intentar que con el aire cubra ésta de manera parcial, etc.

Tradicionalmente, sin embargo, se solía cubrir la placa con laca para hacer que, ante el flash del radar, reflectara la luz y que así no saliera una imagen válida. Si embargo, esto era mentira y no es algo que funcione.

Sin embargo, basándose en ese principio, ya hay quien ha creado una versión evolucionada, que aparentemente si consigue resultados y que se ha viralizado en las redes sociales.

Este post de Instagram, muestra cómo funciona:

El truco es bastante sencillo, pues se basa básicamente en colocar adhesivos encima de la matrícula, que correspondan a los número y letras de ésta. Así, ha simple vista no parece que se haya realizado modificación alguna, lo que permite evitar a la policía.

Sin embargo, la clave está en el material de las pegatinas, puesto que, aunque sea transparente, es reflectante, así que, al ser alcanzado por un flash, produce un destello, lo que hace que, como se puede ver en el vídeo, la matrícula no aparezca completa, por lo que no se puede identificar de manera correcta al vehículo y, así, se evita la multa.

Eso, sobre el papel. Pero, ¿funciona de verdad el truco?

Es posible que, con los cinemómetros más antiguos, los equipados con cámaras con flash, funcione, pero no s posible estar tan seguro con los nuevos, puesto que estos cuenta con infrarrojos para no depender de la luz de cada momento, otros hacen varias fotos seguidas y otros directamente graban vídeos cortos, con lo que se antoja más complicado burlarlos.

A todo esto hay que sumar, además, le hecho de que en España las sanciones por intentar que la matrícula se lea mal o directamente manipularla son muy graves.

Por tapar uno de los dígitos (con el truco de la hoja u otro similar), pintar uno para que parezca otro (convertir un 3 en un 8, por ejemplo) o acciones similares la sanción es de 200 euros. Todavía mayor es la multa por cambiar la matrícula u ocultarla completamente, pues puede ser de hasta 6.000 euros.