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Nissan Qashqai ePower, cinco virtudes y dos defectos

Nissan Qashqai ePower

El Nissan Qashqai ePower supone una apuesta de la marca nipona para salirse de lo convencional, ofreciendo una mecánica híbrida que ofrece las sensaciones de la conducción eléctrica. Se trata de una propuesta interesante, pero que de la misma que tiene muchas virtudes, también puede plantear algún que otro defecto.

Motor de compresión variable

El corazón del sistema es un motor 1.5 turbo que desarrolla 156 CV de potencia, que tiene como elemento clave el hecho de que es de compresión variable.

La relación de compresión oscila entre 8:1 y 14:1. En escenarios de baja demanda de energía, está en el rango más alto, lo que optimiza el consumo y las emisiones; mientras que en una de alta demanda de energía, para cargar la batería o suministrar energía directamente al motor, se usa la relación de compresión más baja para maximizar la potencia de salida del motor. 

El comportamiento de un eléctrico

La “gracia” del sistema es que el bloque de gasolina únicamente actúa como generador para alimentar la batería, de una manera a un eléctrico de autonomía extendida, con la diferencia  de que el Nissan Qashqai no se puede enchufar para recargar.

Es el bloque eléctrico, que entrega 190 CV de potencia, el que se encarga de mover las ruedas, lo que consigue que, aunque el Nissan sea un híbrido, las sensaciones de conducción sean las propias de un cero emisiones, con una entrega de potencia inmediata al pisar el acelerador que le da una mayor viveza de reacciones.

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e-Pedal

Nissan ha aprovechado para incluir su tecnología e-Pedal en el SUV, una conducción con un solo pedal, el del acelerador, que se encarga de detener el coche una vez se levanta el pie de él.

Esto hace que la conducción sea mucho más sencilla y práctica, siendo especialmente cómoda cuando se está en medio de tráfico urbano o en embotellamientos.

Adiós a la angustia de la autonomía

La autonomía sigue siendo uno de los aspectos que más agobian a los compradores de los coches eléctricos, algo que en el Qashqai ePower queda eliminado de la ecuación, puesto que su autonomía se mide como la de un modelo de combustión.

Y no solo eso, se trata de un modelo que hay que repostar, no recargar, por lo que el dolor de cabeza que supone encontrar un punto público que opere como es debido también desaparece, a lo que se suma el hecho de que las gasolineras son muchísimo más abundantes (aunque pasar por ellas hoy en día sea un auténtico dolor para la cartera).

Consumo y emisiones contenidas…

Todo esto hace que se pueda disfrutar de una mecánica de 190 CV de potencia y 330 Nm de par máximo con una eficiencia mucho más propia de un modelo de un segmento inferior y de rendimiento más comedido: homologa 5,3 l/100 km y 119 g/km de CO2, un claro punto a favor (sobre todo con los precios actuales del combustible).

Defecto: … pero al final sigue gastando y emitiendo

Pero al final, aunque cuenta con tracción exclusivamente eléctrica, sigue empleando un motor de combustión que hace que gaste gasolina y tenga emisiones contaminantes durante todo el tiempo que está circulando, por lo que pierde, de cara a la ecología, uno de los principales puntos a favor de los coches eléctricos de baterías.

Defecto: Complejidad mecánica

La propuesta de Nissan es muy buena y tiene puntos fuertes más que claros, los que ya hemos comentado, pero a la hora de la verdad hay que plantearse también si tanto despliegue tecnológico merece la pena si al final seguimos hablando de un modelo que sigue siendo un híbrido.

Nos explicamos. Ofrece buenas cifras de consumo y emisiones para su potencia, pero acaba actuando como un HEV, aunque empleando elementos de un eléctrico que subirán su precio, harán que tenga una tarifa más elevada que opciones híbridas más convencionales, además de que aumenta el número de piezas que se pueden averiar, con lo que conlleva.

Etiquetas: SUV

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