Cada vez que se lanza un nuevo iPhone al mercado su presentación se mira con todo detalle para ver si de verdad mejora tanto como nos quieren vender o no. Con el iPhone 14 lo que es innegable es la nueva funcionalidad de seguridad que incorpora: gracias a acelerómetros, es capaz de saber si hemos tenido un accidente en coche o moto, y avisar a emergencias.

Ahora bien, parece que el sistema, por mucho que se haya probado, hay ciertas situaciones en las que no va precisamente fino, se confunde y considera que ha habido un accidente cuando no ha sido así: las montañas rusas.

En defensa del dispositivo y de la tecnología que hay detrás hay que decir que en una atracción de este tipo se dan circunstancias bastante parecidas a las de un altercado similar: acelerones, frenazos, fuerzas G, golpes, etc. Sin embargo, es algo que deberían revisar porque puede dar lugar a malentendidos para nada agradables.

Es lo que le pasó a Sara White, una dentista de 39 años que al parque de atracciones Kings Island que se encuentra en Cinccinati, Ohio. Se subió a la montaña rusa Mystic Timbers, llevando el smartphone en su riñonera y el trayecto fue suficiente como para que el iPhone interpretase que había un accidente y contactase con emergencias.

Desde allí intentaron contactar con White varias veces, ero esta no escuchó la llamada por los gritos y el ruido propio de la operación. Al bajarse de la montaña rusa, vio varias llamadas perdidas y un mensaje en el buzón de voz. Además, como no obtuvieron respuesta, mandaron a un equipo a comprobar los hechos. 

Huelga decir que esta falsa alarma es una manera de desperdiciar recursos de los servicios de emergencia, así que es algo que desde Apple deberán ver cómo solucionar, puesto que ya ha habido otros casos que han llevado a equívoco (como el de un motorista al que se le cayó el móvil mientras circulaba).

Fuente: Wall Street Journal