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La increíble historia del Subaru Impreza WRX

Historia Subaru Impreza WRX

Carrocería azulona, llantas doradas, una gigantesca toma de aire sobre el capó, un alerón igual de descomunal atrás... Quizá no haya una imagen más reconocible de los rallyes de los años 90 y 2000 que esa. Y, ahora que esta a punto de cumplir tres décadas, nada mejor que repasar la increíble historia del Subaru Impreza WRX. El coche que pilotaron Colin McRae y Richard Burns, el de la eterna rivalidad con el Mitsubishi Lancer Evo, el mito de los videojuegos...

Y lo cierto es que todo empezó con la creación de Subaru Tecnica International (cuyas siglas eran las conocidas STi), en 1988, cuya intención declarada era asaltar el Mundial de Rally. Aquella marca que nunca antes había hecho historia en la competición, y que se dedicaba a vender vehículos baratos y muy sensatos lo intentó primero con el Legacy RS RA. Pero la cosa todavía no estaba lo suficientemente madura. No fue hasta 1992, cuando llegó una nueva berlina del segmento C llamada Impreza, cuando las tornas comenzaron a cambiar. Y se inició la escritura del que es sin duda el capítulo dorado de los casi 70 años de la firma de Ōta.

1992-2000: la primera generación

Este sedán de cuatro puertas contaba con propulsores bóxer atmosféricos de cuatro cilindros colocados en posición horizontal. Lo que hacía que tuvieran un centro de gravedad muy bajo. Con tracción delantera o total, enseguida ganó una versión deportiva, llamada justamente WRX (por World Rally eXperiment). El motor sobrealimentado de esta entregaba nada menos que 240 CV, que se transmitían a las cuatro ruedas a través de un cambio manual de cinco velocidades conectado a un diferencial viscoso central y un segundo diferencial de deslizamiento limitado en el tren trasero.

Pero esa no fue ni mucho menos la variante más extrema, pues primero llegaría (solo en Japón) el Subaru Impreza WRX Type RA, derivado del coche que efectivamente competía en el Mundial de Rally. Este, con la denominación 555 (por la tabacalera que esponsorizaba al equipo, y que determinó sus colores, azul y dorado), debutó en 1993. Y, aunque no disputó la temporada entera, dejó algunos destellos de lo que estaba por venir. El tristemente fallecido Colin McRae se impuso con él aquel año en Nueva Zelanda, por ejemplo. Al año siguiente, con el fichaje de Carlos Sainz, se quedarían a las puertas del título de pilotos. Pues el español solo cedió ante el Toyota Celica de Didier Auriol.

Historia Subaru Impreza WRX Colin McRae

Sin embargo, ese 1994 fue aun más especial por el lanzamiento del más mítico de todos los Impreza. El WRX STi, cuyo proceso de ensamblaje en un principio era de lo más curioso. Se montaba como un WRX normal, y al final de la cadena, el departamento de preparación de la compañía le añadía sus componentes. También se renovó la versión vitaminada de base, que ahora desarrollaba 260 CV y lucía nuevas llantas y frenos.

Pero fue a partir de 1995 cuando se cimentó la historia del Subaru Impreza WRX. Ese año vencieron el Mundial de Constructores y, lo que es todavía más importante, el de pilotos con el escocés Colin McRae. En el primer caso, repetirían las siguientes dos temporadas: 96 y 97. Algo más tendrían que esperar para volver a alzarse con el título a nivel individual, pues no sería hasta 2001 con Richard Burns, y luego en 2003 por Petter Solberg. Fueron los años en los que se forjó esa relación de enemigos íntimos entre este modelo y el Mitsubishi Lancer Evolution, con el que Tommi Mäkinen ganó cuatro títulos seguidos.

Historia Subaru Impreza WRX videojuego

También en 1995, Subaru presentó una edición especial limitada a 200 unidades en el Reino Unido para conmemorar la victoria de McRae. Y el WRX STi (que ya empezaba a ensamblarse como una variante distinta, con las características llantas doradas y el colector de admisión del motor en rojo) alcanzó 275 CV de potencia, con solo 1.240 kg de peso. Además, se incorporó a la gama la primera versión coupé. Y un año más tarde lo hizo la familiar, además de una absoluta cascada de ediciones especiales, que seguirían hasta el año 2000.

Lo que todo esto demuestra es que el coche empezaba a convertirse en un icono de la velocidad, cada vez más reverenciado por el público 'petrolhead'. Y con unas ventas año a año más consistentes. Aunque fue en 1998 cuando hizo acto de presencia la edición limitada más especial de todas: la 22b STi, que conmemoraba el tercer Mundial y los 45 años de Subaru. Tan deseada parece ser que fue que sus 400 unidades 'volaron' en media hora. Y entonces no se reservaba por internet, claro. Ahora, cualquiera de estos ejemplares cuesta la friolera de 300.000 euros.

Lo que sí había eran... videojuegos. Y, si una imagen del Subaru Impreza ha quedado estampada de manera indeleble en el imaginario colectivo, era la que aparecía en la portada del 'Colin McRae Rally'. Sin duda, el mejor juego de conducción de la época, y el más famoso.

2000-2007: segunda generación, u ojos de insecto

Historia Subaru Impreza WRX segunda generación

Lo curioso es que tan recordada como la primera generación fue la segunda. Con unos faros redondos, muy polémicos en su momento, que a la gente le recordaban a un bicho (de ahí su mote popular, 'ojos de insecto'), tenía un chasis más rígido y una transmisión de 6 marchas con la firma de STi. También cambiaban respecto a la anterior los motores, que ahora venían equipados con turbo y alcanzaban una potencia de 265 CV o 280 CV en el caso de la versión STi.

Pronto, tuvo lavados de cara, primero en 2003 y luego en 2005, que cambiaron la forma de los característicos faros. Eso, además de otro goteo de ediciones especiales, como la RB320, en homenaje a Richard Burns, o la WRX STi Type RA-R de 320 CV, que solo salió a la venta en Japón pero que era casi tan extrema y legendaria como la 22B.

2007-2012: tercera generación y 24 Horas de Nürburgring

Historia Subaru Impreza Nurburgring

Tras tantos años participando en el Mundial de Rally, la marca nipona decidió en 2007, coincidiendo con su nuevo lanzamiento, dar el salto a la resistencia. Y, por cierto, con bastante éxito: desde 2012, la marca ha ganado su categoría (SP3T) en cinco ocasiones.

Sin embargo, aquella tercera generación fue polémica por ciertas cosas. Como la suspensión, que era menos deportiva que la de la mayoría de sus rivales. Algo en lo que Subaru se vio obligada a rectificar. O la carrocería hatchback, que se hizo dominante, sobre todo en lo que a los STi se refiere, ya que en principio solo se ofrecía con esta configuración. 

En esta época, el WRX contaba con una potencia de 230 CV y un par motor de 320 Nm, mientras que el STi desarrollaba 300 CV y 407 Nm de par. Introducía otras novedades, como los sistemas de conducción inteligente SI-Drive, para modificar la respuesta del motor o la posibilidad de modificar los ajustes del diferencial central. 

2012-presente: más allá del nombre Impreza

Subaru WRX STI EJ20 Final Edition

En 2012, las denominaciones Impreza y WRX STi se dividieron, para dar lugar a dos modelos distintos. El primero, más generalista. Y el segundo, orientado a un público que demanda prestaciones. Como decíamos, desde entonces ha vencido en su categoría en Las 24 Horas de Nürburgring varias veces, consolidando así su pedigrí deportivo.

Con la desaparición en 2017 del Mitsubishi Lancer Evo, el WRX STi se convirtió en el último superviviente de aquellos gloriosos años 90 para los japoneses y los rallyes. El último samurái que queda, y del que veremos una nueva generación en 2022. Aunque todavía no sabemos si llegará a Europa, por motivos de regulaciones que tienen que ver con las emisiones. En cualquier caso, la historia del Subaru Impreza WRX continúa... Y nosotros no podríamos alegrarnos más.

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