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La increíble historia del Bentley Bacalar

Es la exclusivísima barchetta que marca el retorno como carrocera de Mulliner, una marca mítica con varios siglos de actividad a sus espaldas. La increíble historia del Bentley Bacalar culmina este año, con la llegada de la primera de las apenas 12 unidades que verán la luz, pero empieza hace casi 500 años.

Es entonces cuando se supone que los primeros miembros de la familia Mulliner empezaron a trabajar de guarnicioneros, realizando sillas de montar. Aunque no fue hasta 1760 cuando ganaron fama por sus carruajes. Y, a partir de principios del siglo XX, se adaptaron a la nueva tecnología que se iba imponiendo: los automóviles. Muy ligados desde el principio a Bentley, en 1924 crearon su primera carrocería para la marca británica. Pero fue en los años 50 cuando de verdad ambas firmas se hicieron inseparables.

Cuando aún era independiente, Mulliner creó dos futuros iconos. Primero, en 1952, el R-Type Continental, en el que se inspira el actual Continental GT. Y, en 1957, el Continental Flying Spur. Solo un par de años después, la propietaria de Bentley, que por aquel entonces era Rolls-Royce, compró también a la carrocera, y la puso bajo el paraguas de los de Crewe.

Sin embargo, el negocio de los carroceros, que hasta los años 50 era floreciente en Gran Bretaña, empezó a verse superado por las nuevas técnicas de producción, y Mulliner acabó arrinconada hasta que, en los años 90, cesó su actividad en este campo. Después, se reconvirtió como la división de personalización de Bentley, similar a Ferrari Tailor Made o Lamborghini Ad Personam. ¿Fin de la historia? Eso parecía hasta que, el año pasado, cuando se anunció que se escindía en tres servicios: Classic, Collections y Coachbuilt.

Precisamente esta, que retomaba su tradición carrocera, se estrenaba con un modelo llamado Bacalar. Nombre que a algunos les sonará a 'palabro' de programa deportivo radiofónico, pero que se inspira en una espectacular laguna mexicana. Para crearlo la marca se basó en el Continental GT, pero con muchas diferencias respecto a él. El motor de gasolina 6.0 W12 biturbo es el mismo, pero en este caso desarrolla 659 CV (en vez de 635) y 900 Nm de par máximo. También igual es la caja de cambios automática de doble embrague y ocho relaciones, y ahora utiliza un chasis adaptativo con sistema eléctrico de 48 voltios, que mejora su comportamiento.

A muchos niveles, de hecho, el Bentley Bacalar se inspira en un prototipo presentado en 2019, con motivo del centenario de la marca: el futurista EXP 100 GT. El frontal es muy agresivo y el eje trasero, 20 mm más ancho que el del GT, mientras que la zaga resulta mucho más estilizada, con unos grupos ópticos muy delgados y un alerón integrado. Una especie de escultura dinámica que vuelve a poner a Mulliner en la historia con mayúsculas de la carrocería.

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