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La increíble historia del Audi Avus

Audi Avus

El Audi R8 es el superdeportivo de la marca de los cuatro aros, un modelo dentro de lo que cabe humilde que ha sido (y sigue siendo) capaz de mirar de tú a tú a vehículos de firmas especializadas en el segmento. Sin embargo, bastante antes de su nacimiento, Audi ya jugueteó con la idea de un modelo de estas características: el Audi Avus.

A principios de la década de los 90, el Grupo Volkswagen estaba a vueltas con crear un modelo ‘halo’ que fuera su punta de lanza deportiva y tecnológica. Como sabemos ya, finalmente el elegido para este cometido fue el Bugatti Veyron, pero antes de la aparición de éste, otras dos marcas del conglomerado asomaron como potenciales candidatas.

Por un lado estaba Audi, que en aquella época presentó varios prototipos, entre los que destacaba el Audi Avus quattro Concept. Y, por otro, aunque más tarde, estaba Bentley, que presentó el Bentley Hunaudières en el Salón Internacional de Ginebra de 1999. Ninguno de los dos llegó a buen puerto, lo que sí haría el Bugatti, pero fueron propuestas muy atractivas.

Audi Avus quattro Concept

El alemán vio la luz en el Salón del Automóvil de Tokio de 1991, donde fue presentado con un espectacular acabado cromado que era imposible que dejara indiferente a nadie. Se alejaba de los productos que Audi solía ofrecer y adoptaba la forma de un superdeportivo con motor central. 

Presenta una silueta larga, ancha y extremadamente baja. En el frontal tanto la parrilla como los grupos ópticos eran muy reducidos, mientras que el capó era muy corto, alcanzado pronto el parabrisas. En la sección delantera lo que más llamaba la atención era como los pasos de rueda ganaban volumen, para acoger unas llantas de seis radios.

La vista lateral permitía ser consciente de las proporciones del Avus, con la cabina muy echada hacia adelante y alargando su caída de manera progresiva hasta los pasos de rueda traseros. El conjunto era tremendamente atlético y lucía detalles como los retrovisores colocados en la parte superior de las ventanillas o las salidas de escape en los faldones laterales.

La zaga era, dentro de lo que cabe, bastante sencilla, con unos pilotos de tamaño muy comedido y una zaga bastante plana.

Avances técnicos de futuro

Pasaba el test visual, pero lo que no saltaba a la vista de primeras también era de primer nivel.

Lo primero a destacar es que se empleó una nueva construcción ligera hecha de aluminio, lo que permitía que, a pesar de su gran motor, fuera un modelo muy liviano: apenas pesaba 1.250 kilos.

Lo segundo es el bloque en sí: un propulsor W12 de 6 litros que desarrollaba 509 CV de potencia. Gracias a él (y a la tracción integral quattro), el Avus prometía una aceleración de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos, así como una velocidad máxima de más de 300 km/h.

Audi Quattro, para nosotros este fue el mejor Audi de la historia

Con dichas cifras, se hubiera colocado en la élite de la automoción de aquella época… si hubiera llegado a fabricarse. Sin embargo, el proyecto no llegó a buen puerto y hubo que esperar más de una década para conocer al primer superdeportivo de Audi.

Como dato curioso, el Audi Avus quattro que se exhibió en Tokio no era un prototipo funcional. Audi estaba inmersa en su desarrollo, pero no llegó a tiempo para instalar el sistema de propulsión, así que la marca alemana decidió acudir a la cita con una réplica de madera.

Etiquetas: Superdeportivos

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