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¿Hay esperanza en 2018 ante el fenómeno SUV que se come todo?

Nuevo Nissan Qashqai
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Al principio había orden: los turismos reinaban en el asfalto y los todoterrenos reclamaban el campo y los caminos para sí. Años de convivencia, de respeto y de conocer sus límites, rotos por ellos, los SUV. Al principio se tomaron como una anécdota, un atrevimiento por parte de algunos fabricantes, una moda pasajera que se quedaría en agua de borrajas. No fue así. Empezaron a multiplicarse, empequeñecer, agrandarse… y antes de que nos diéramos cuenta se hicieron con todo. Los todocaminos son los nuevos amos del mundo.

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Esto que, podría ser la introducción cinematográfica de la visión de Michael Bay del sector de la automoción, de fondo no deja de ser un resumen breve y conciso de todo lo que nos ha llevado hasta este punto en apenas 10 años. Poco más de una década para cambiar por completo el panorama automotriz tal y como lo conocíamos. El culpable, el que dio inicio a esta vorágine hace una década, fue el Nissan Qashqai. “Qashqai, contigo empezó todo”, que diría Gerard Piqué.

Hablamos de 2007, un año antes de que estallara la crisis, motivo más que suficiente para pensar que la tendencia podría haber llegado a desaparecer, nada más lejos de la realidad. Lógicamente afectados por el retroceso económico, los SUV se hundieron con el mercado, pero desde 2009 empezaron a repuntar creando una línea ascendente que llegó a marcar más de 230.000 unidades en 2015, y que según el año mantiene una cuota de mercado que oscila entre el 20 y el 25%. Si, prácticamente uno de cada cuatro vehículos nuevos en un SUV.

Los 15 SUV que menos consumen

Los que han pasado por el aro

Y no es algo que nos extrañe, solo hace falta abrir nuestra sección de fichas, ir marca por marca y descubrir que la inmensa mayoría de ellas “se han vendido”. Y aunque alguna que otra se limita a un único todocamino, otras tantas tienen una variedad tan amplia que en algunos casos llega a superar a las opciones de coches “normales”. La oferta es amplísima, por lo que es normal que cada vez más clientes encuentren un SUV que cuadre con lo que están buscando.

Un vistazo a las marcas alemanas dejan más que clara la situación: el triunvirato formado por BMW, Audi y Mercedes cuenta sus todocaminos a pares; Porsche, por mucha marca de deportivos que sea, debe su excelente situación económica a Macan y Cayenne; Volkswagen acaba de lanzar el T-Roc y está preparando un SUV todavía más pequeño basado en el Polo… Y la cosa sigue en fabricantes de otras nacionalidades: en Seat, Arona y Ateca a buen seguro acercarán sus cifras de ventas a las de Ibiza y León; Mitsubishi están inmersa en una ofensiva SUV, Hyundai Kona y Kia Stonic quieren hincar el diente al segmento B SUV, etc. Están por todas partes.

La resistencia está en horas bajas

Como en toda situación de dominio, cada vez son menos los que se oponen, las filas de marcas automotrices que se resisten a la tendencia se pueden contar con los dedos de las mano y, además, algunas de ellas ya están desarrollando en mayor o menor secreto, un modelo con el que pasarse al lado oscuro y aprovechar la moda.

Quizá la más destacada sea Ferrari, por historia, nombre y fama. Los de Maranello se han opuesto a los SUV, pero las declaraciones al respecto han dado bastantes bandazos. De hecho, este mismo verano Sergio Marchionne, Presidente de Ferrari, admitió que seguramente ocurrirá. Es más, los rumores apuntan a 2020 como fecha en que lo conoceremos. En el caso de Rolls-Royce, la situación todavía es más inminente, el proyecto Cullinan (parece que el modelo final no se llamará así) dará a luz el primer todocamino de la marca y lo conoceremos con toda seguridad en 2018. Aston Martin se encuentra en una situación similar, ya que está trabajando en su DBX.

Los únicos que aguantan son fabricantes minoritarios, de nicho y especializados, sobre todo, en deportivos: Abarth, Alpine, Caterham, Lotus, McLaren, Morgan y Smart son las únicas que resisten. La pregunta es: ¿por cuánto tiempo?

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No, no hay esperanza

Y es que por todo lo que hemos comentado, a no ser que dispongas de una cuenta corriente abultada para decantarte por un deportivo, tendrás que comprar un modelo de una marca generalista o premium y, en ambos casos, tendrás casi tantas opciones de SUV como del resto de tipologías de coches combinados. De hecho, compararás precios y seguramente el todocamino de turno tenga una promoción que lo haga más competitivo que el turismo o el monovolumen equivalente. Lo único que se interpondrá entre tú y la moda será tu fuerza de voluntad y tu reticencia, pero, ¿aguantarás?

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