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Grandes coches que no triunfaron: GM EV1

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En un nuevo capítulo de la serie de grandes coches que no triunfaron, hoy vamos a hablar del GM EV1, un coche eléctrico lanzado en 1996 que fue destruido en 2004.

Quien te diga que el coche eléctrico es obra de Tesla o que es un invento moderno, te estaría mintiendo. El vehículo eléctrico existe desde los albores del automóvil, aunque su tecnología no se llegó a consolidar en un principio como sí lo hizo el motor de combustión. Hoy hablamos de un gran coche que, por desgracia, no llegó a triunfar: el GM EV1.

El coche eléctrico caería en un letargo de unos 70 años desde la década de 1910-1920 hasta los ’90, cuando algunos fabricantes se atrevieron a volver a experimentar con esta tecnología. Puede que, para muchos, fuera la forma de mantener ocupados a sus departamentos de investigación y desarrollo, pero para otros fuer una medida impuesta que, sorprendentemente, tuvo un buen resultado.

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Grandes coches que no triunfaron: GM EV1

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Uno de los fabricantes que se vio obligado a desarrollar, producir y comercializar un coche eléctrico en la década de 1990 fue General Motors. Decimos obligado porque la California Air Resources Board (CARB) instauró la primera ley de emisiones cero de la nación que requería que los vehículos eléctricos comprendieron un porcentaje de las ventas totales de cada marca.

La ley se inspiraba en el GM Impact EV Concept de 1990, un prototipo que, en principio, General Motors no tenía intención de producir pero que acabó convirtiéndose en el coche que protagoniza estas líneas, el EV1. El modelo de calle acabaría llegando seis años más tarde, en 1996, y lo haría como parte de un programa de leasing para clientes de California, Arizona y, más tarde, de Georgia.

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En 1996, como decía, se presenta el GM EV1, un coche eléctrico que prometía una autonomía con una sola carga de 160 kilómetros. Esta batería original sería reemplazada por un paquete de hidruro de níquel-metal, una nueva unidad que aumentaba esta autonomía hasta los 225 km, una cifra bastante sorprendente para 1999, cuando GM la presentó.

Encargado de impulsar el vehículo se encontraba un motor eléctrico asíncrono que desarrollaba 140 CV de potencia y 150 Nm de par. La energía se enviaba directamente a las ruedas delanteras.

A nivel de diseño, el EV1 era un coche extremadamente aerodinámico, de formas suaves y redondeadas, faros enrasados, ausencia de parrilla o entradas de aire, una luneta delantera muy inclinada, una carrocería coupé de dos puertas, ruedas traseras parcialmente carenadas, una cabina redondeada y una zaga alargada para facilitar el flujo de aire. También incluía llantas con neumáticos estrechos.

En el interior, el GM EV1 se veía moderno y minimalista, con un cuadro de instrumentos digital ubicado en el centro y el fondo del salpicadero. El volante quedaba muy alejado del salpicadero y la consola central integraba multitud de botones, salidas de ventilación, portavasos y una especie de joystick que gestionaba la transmisión del coche eléctrico de General Motors. 

Solo disponible como programa de leasing

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El coche se ofreció exclusivamente en un contrato de leasing a determinados clientes. Se fabricaron 1.117 unidades entre 1996 y 1999, momento a partir del cual cesa la producción ante la relajación de la ley instaurada por la CARB, ya que se había permitido la entrada el mercado de los coches híbridos. Recuerda que el primer Toyota Prius llegó a finales de los ’90.

Los coches tenían un precio de 33.995 dólares y se alquilaban por cuotas mensuales que oscilaban entre los 299 y los 574 dólares sin opción a compra. Sin embargo, se estima que el coste de desarrollo de cada unidad era de entre 80.000 y 100.000 dólares, lo que suponía unas importantes pérdidas para el fabricante.

Esto supuso que, en 1999, GM decidiera cancelar la producción del EV1 y a principios de 2002 notifica a sus clientes que va a retirar los coches del mercado. Muchos fueron los propietarios que escribieron cartas al fabricante solicitando extender el alquiler y otros incluso depositaron cheques para adquirir el coche en propiedad.

GM se negó y comenzó a retirar los vehículos a finales de 2002. En algunas ciudades, la policía tuvo que escoltar los camiones que llevaban los EV1 al desguace ante la posibilidad de asaltos o saqueos por parte de sus ex propietarios. 

Los coches finalmente acabaron en desguaces y apenas unos 40 fueron donados a museos e instituciones académicas con sus sistemas bloqueados. Hoy se estima que apenas queda una veintena de EV1 a salvo y que incluso un ejemplar se vendió a un coleccionista privado en 2008 por la friolera de medio millón de dólares.

En definitiva, el GM EV1 no triunfó porque la compañía americana no quiso proseguir con el programa de alquiler a pesar de que sus clientes se lo demandaban. Años más tarde, varios ejecutivos de GM reconocieron que retirar el EV1 fue un error y que, de haber seguido, podrían haber desarrollado la tecnología eléctrica para comercializar el Chevrolet Volt una década antes.

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