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Este fue el primer coche movido por hidrógeno que se construyó en el mundo

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Vale la pena echar la vista atrás para darnos cuenta de la evolución de esta tecnología.

Este fue el primer coche movido por hidrógeno que se construyó en el mundo. Y es que vale la pena echar la vista atrás para darnos cuenta de la evolución de esta tecnología, una que puede igualmente colocarse como alternativa a la movilidad del futuro. La electromovilidad que poco a poco de va desarrollando podría contemplar también coches de esta naturaleza, pese a que la infraestructura, como ocurre con otras fuentes de alimentación, está por desarrollar.

Un aspecto clave del hidrógeno es su producción. La tecnología de estos coches logra que el automóvil no contamine mientras se usa, pues son de cero emisiones. Pero, igualmente, si en su producción se usan energías renovables no contamina tampoco en este trabajo inicial. Y eso es una ventaja en la producción de baterías y el desarrollo de coches eléctricos, que suelen contaminar de forma intensa en su fabricación.

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Marcas como BMW, Hyundai o Toyota, estas últimas con sus Toyota Mirai y Hyundai Nexo, ya experimentan desde hace años con esta tecnología. Aunque solo han seguido recorriendo una senda que ya se abrió hace años, concretamente hace 55 años. Entonces apareció el primer vehículo que usaba hidrógeno para generar la electricidad suficiente para moverse. Fue General Motors con la Electrovan, el primer vehículo de pila de combustible impulsado por hidrógeno del mundo.

Inventada en 1842 por el físico galés William Grove, la pila de combustible es un dispositivo que por medio de una electrólisis inversa reacciona el hidrógeno con oxígeno. Esto produce la electricidad que mueve un motor eléctrico, consiguiendo el desplazamiento que deseamos al mover las ruedas. La empresa americana montaba una garrafa de hidrógeno y otra de oxígeno para hacerlos reaccionar en la celda de combustible, y de ese modo conseguir electricidad.

 

La GMC Handivan servía como base de este experimento. Este modelo cargaba con dos garrafas de gas, una con hidrógeno líquido y otra con oxígeno líquido como hemos mencionado, produciendo una electricidad que alimentaba las baterías. Esta, a su vez, llevaba energía a un motor eléctrico que movía las ruedas. Y de todo ello se conseguía un coche capaz de moverse con electricidad durante unos 200 km y conseguir una velocidad máxima de 100 km/h.

¿Y dónde estaba el fallo? En el espacio de carga. Para poder instalar todo el equipamiento necesario se utilizaba todo su espacio de carga. El resultado es que solo quedaba espacio para dos pasajeros en la cabina.

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Floyd Wyczalek, gerente de proyecto del desarrollo de celdas de combustible de Electrovan, decía hace años. “Tuvimos tres turnos de personas en este proyecto que comenzaron en enero de 1966 y terminaron 10 meses después”. “La durabilidad de la pila de combustible se realizó durante un período de varios meses en una pila de prueba. Las pruebas de aceleración de conducción y de velocidad máxima se realizaron en un dinamómetro de chasis”.

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