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El Fisker Ocean recibe muy duras críticas de sus propietarios

Fisker Ocean

Cuesta abajo y sin frenos.

La carrera del Fisker Ocean está distando mucho de ser lo que se esperaba del coche eléctrico. El modelo, muy prometedor, no ha estado a las alturas de las expectativas y prácticamente cada persona que ha podido probarlo ha tenido quejas de toda índole sobre él. Ahora es Consumer Reports, que ha comprado uno, quien no se corta un pelo al dar su veredicto.

El organismo ha podido poner a prueba el vehículo en toda una serie de circunstancias distintas y las impresiones que ha dejado son francamente malas.

 

Sus palabras al respecto son más que claras: “Hasta ahora, nuestra experiencia con el Ocean es como pedir pizza en un restaurante nuevo y animado, sólo para recibir un pastel con masa poco cocida y sin salsa porque los tomates aún están creciendo. La tentadora promesa del producto final está justo frente a nosotros, pero es bastante poco atractivo en su estado actual”.

Y es que la descripción no es fortuita, pues parece que uno de los principales problemas que plantea el modelo es que sus numerosas facetas y asistentes tecnológicos tienden a fallar de manera regular y alternativa, presentando problemas diferentes cada día.

Es imperdonable que la seguridad y otras características prometidas en la etiqueta de la ventana del Ocean vayan y vengan, y sus ausencias sólo ocasionalmente vayan acompañadas de mensajes de advertencia”, señala el análisis.

De hecho, pone varios ejemplos de lo que ha ido ocurriendo. El día que recibieron el vehículo, todo parecía funcionar como es debido. Sin embargo, al día siguiente dejaron de estar operativos tanto el asistente de mantenimiento de carril como el avisador de punto ciego. 

Otro ejemplo es que el control de crucero adaptativo no está disponible, pese a que el modelo lo lista entre sus sistemas ADAS. Según Fisker se sumará este año, pero por el momento ninguno de los Ocean entregados cuentan con él.

Tirando de sarcasmo en la prueba también se puede leer lo siguiente: “Parece como si los diseñadores de software de Ocean tuvieran un placer sádico al programar formas nuevas y diferentes de evitar que Bluetooth se conectara”.

Pero no solo se tecnología y asistentes hay queja, puesto que también hay aspectos de la propia conducción que parecen ser problemáticos, valga como ejemplo la frenada.

Según comenta, cada vez que se arranca el coche éste vuelve a la configuración de frenada regenerativa más agresiva, que por lo que señalan no hace que la experiencia de conducción sea buena, y hay que pasar por un proceso de tres pasos para poner la que quiere el conductor. De hecho, describen la experiencia de modular el sistema de frenos como ‘nauseabundo’.

Los problemas se acumulan en la puerta de Fisker, que está teniendo que lidiar con contratiempos de todo tipo.

Las malas reseñas del vehículo han hecho que nada menos que 40.000 clientes hayan querido cancelar sus reservas. Además, para conseguir dinero de manera rápida, han rebajado el precio del coche hasta un 40%, ofreciéndolo ahora desde 25.000 dólares. 

Esto es un reflejo también de la rápida depreciación del Ocean. Edmunds, que también adquirió un ejemplar para su flota de pruebas de larga duración, pagó por él 69.000 dólares en enero, y actualmente, con solo 6.791 km a sus espaldas, está valorado en 21.000 dólares.

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