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Un estudiante inventa un dispositivo que convierte el coche de gasolina en híbrido

REVR

Con 150 km de autonomía en modo eléctrico.

La adaptación del automóvil a las nuevas normativas de emisiones es algo que trae de cabeza al sector. Las marcas están optando (obligadas) por transformarse en firmas de coches eléctricos, pero sigue habiendo el problema de qué se hace con todo el parque automovilístico existente, formado por coches antiguos y que contaminan.

Desde organismos oficiales solo se apunta a ayudas a al compra de EV y PHEV, solución extremadamente cara que no mucha gente se puede permitir; así que corresponde a particulares dar con alternativas más imaginativas, baratas y que podrían implantarse de manera general.

 

El último invento que parece muy prometedor en este campo es el Rapid Electric Vehicle Retrofit (REVR), obra de Alexander Burton, alumno de la universidad RMIT de Melbourne (Australia) y que ha ganado el James Dyson Award 2023.

¿En qué consiste? Es un sistema barato y de fácil aplicación que puede convertir en híbrido cualquier coche de combustión, ya sea de gasolina o diésel.

Básicamente se trata de un dispositivo formado por motores de flujo axial, de unas dimensiones muy compactas y muy estrechos, que se montan directamente sobre el soporte del disco de freno. A esto se suma un módulo controlador, un mando conectado al pedal del acelerador y una batería, de capacidad variable, que va alojada en el hueco de la rueda de repuesto.

REVR

Su instalación es muy sencilla, sin tener que modificar ninguno de los elementos existentes en el vehículo, y se puede llevar a cabo en cualquier taller en solo unas horas.

Una vez instalado, el coche puede circular como un modelo de combustión o, al activar el REVR, hacerlo en modo eléctrico, por lo que técnicamente actuaría como un coche híbrido enchufable. Además, su presencia también tendría beneficios en cuanto a aumentar la potencia del sistema de propulsión.

Se podrían montar dispositivos en las cuatro ruedas y conseguir hasta 150 km de autonomía eléctrica, lo que haría a los vehículos transformados incluso valedores de la etiqueta CERO de la DGT.

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