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¿Demasiada tecnología en los coches?

¿Demasiada tecnología en los coches?

Lara Zazo

No hay duda de que las nuevas tecnologías están cambiando los coches y la manera de conducirlos. Sin embargo no todos están de acuerdo con la implantación de estos estos avances tecnológicos. A menudo muchas personas prefieren los modelos tradicionales que carecían de tecnología pero que hacían más placentero el acto de conducir. ¿Tenemos demasiada tecnología en los coches?

Las nuevas tecnologías están cambiando los coches y la manera de conducirlos pero no todo el mundo está de acuerdo con la implantación masiva de estos avances tecnológicos en los coches. ¿Tenemos demasiada tecnología en los coches?

Hoy en día existen dos tendencias que conviven en el mundo del automóvil, por un lado, cada vez es más habitual que las personas conserven sus coches durante más tiempo, por otro los conductores tienen muy en cuenta que los vehículos nuevos lleven incorporadas las últimas tecnologías. A menudo ambas tienden a juntarse dando lugar a situaciones verdaderamente curiosas: coches de varios años de antigüedad con tecnologías punteras instaladas por sus propietarios.

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Hoy en día los ordenadores controlan casi todos los aspectos de nuestra vida, y en el caso de los coches no iba a ser menos. Por ejemplo, en un híbrido, entre el pie y los pedales existe un software que decide cómo hacer funcionar el motor de combustión interna y  los frenos convencionales con el motor eléctrico cuando se frena y se arranca. 

Mientras tanto, los coches están cambiando drásticamente gracias al auge de las nuevas tecnologías. La transición de lo analógico a lo digital comenzó hace ya bastantes años, cuando se comenzaron a fabricar ordenadores capaces de controlar el motor, los frenos o la caja de cambios, de hecho muchas de las que hoy conocemos como nuevas tecnologías llevan en funcionamiento muchas décadas. Fue entonces cuando se pensó en introducir la tecnología para ayudar al conductor: control de tracción, control de estabilidad, control de crucero… 

El cambio más importante, es que ahora los coches pueden ver y comunicarse con el medio que les rodea. Utilizando cámaras y sensores pueden proporcionar información importante al conductor. Hasta hace muy pocos años este tipo de tecnología podía considerarse como algo exclusivo para los coche de muy alta gama y de lujo pero hoy en día incluso está siendo demandada por los gobiernos ya que está comprobado que reducen de forma muy considerable los accidentes de tráfico, aumentan la seguridad y muchas de ellas ayudan a disminuir las emisiones de carbono en la atmósfera.

La conectividad han sido el toque final en esta carrera de las nuevas tecnologías en los coches. Una vez que el coche está conectado es obvio que vamos a utilizar esa conexión con smartphones, tablets y portátiles. OnStar de GM fue el primero en implantar este sistema, hoy en días es un híbrido bastante particular que no puede utilizar de forma remota ni Android ni iPhone.

Todos estos cambios hacen que existan muchas personas consideren que tenemos demasiada tecnología en los coches y que prefieran los modelos tradicionales que carecían de tecnología pero que hacían más placentero el acto de conducir. No quieren grandes pantallas que sustituyan los antiguos botones para controlar el coche ni sistemas de sonido que sustituyan a la radio del coche.

Para muchos conductores hay algo raro en pasar de conducir un descapotable de modo suave a deportivo con tan sólo pulsar un botón a través de un menú, por lo que prefieren el modelo tradicional. 

¿Debería importar el software o la incorporación de nuevas tecnologías si el resultado final es el mismo?

Fuente: Ars Technica

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