Citroën AMI, dónde es mejor usarlo y dónde mejor conducir otro coche
Un ámbito óptimo bastante limitado.
El Citroën AMI es el vehículo más peculiar dentro de todo el catálogo de la marca francesa. Es una de las puertas de entrada más baratas al mundillo de los coches eléctricos, pero por sus características no es apto para todo tipo de utilizaciones. Te contamos dónde es mejor usarlo y dónde mejor conducir otro coche.
De hecho, la selección no se basa en apreciaciones, si no en hechos, puesto que el modelo de Citroën no es un coche al uso, si no que se trata de un cuadriciclo ligero, uno de los popularmente conocidos como “coches sin carné”, lo que limita mucho su uso.
Para empezar, hay que señalar que eso de “sin carné” no termina de ser cierto, puesto que aunque no sea necesaria la licencia B, para conducirlo si es preciso disponer del carné AM, que en España se puede obtener desde los 15 años y que también habilita a su poseedor para manejar ciclomotores.
Ahora bien, entrar en esta categoría directamente limitada dónde se puede usar y donde no: solo está habilitado para circular por ciudad y por carreteras interurbanas, pero no puede pisar ni autopistas ni autovías.
Dónde es mejor usar el Citroën AMI
Como cuadriciclo ligero, las dos opciones que tiene el AMI son circular por ciudad o por carreteras interurbanas. Aunque sean legal ambas, nuestra recomendación es hacerlo exclusivamente por ciudad, si es posible.
¿Los motivos? Una concepción que hace que sea un vehículo muy válido en conducción urbana, pero que hace que se quede muy corto al salir de la ciudad.
Mide 2,41 metros de largo, 1,39 m de ancho y 1,52 metros de alto. Es un tamaño que permite transportar a dos personas, pero que es muy reducido. Está pensado para moverse con agilidad entre el tráfico (su radio de giro es de 7,2 metros) y para aparcarse con mucha facilidad (la marca dice que entran dos en una plaza estándar).
Sin embargo, su apartado mecánico también está pensado principalmente para este ámbito. Tiene un motor de solo 8 CV que le permite alcanzar una velocidad máxima de 45 km/h, pero, aunque solo pesa 471 kilos, su aceleración tampoco es que sea fulgurante.
Además, una velocidad tan limitada hace que en interurbanas pueda entorpecer más la circulación que otra cosa y lo habitual será que otros coches se le echen encima y/o lleven a cabo adelantos para dejarlo atrás.
Otro aspecto que le circunscribe preferentemente al ámbito urbano es su batería y autonomía. Para mantener la ligereza, además de por el hecho de que su objetivo es cubrir los trayectos diarios sin más pretensiones, se ha optado por una batería de 5,5 kWh que, en el mejor de los casos, le otorga un rango de acción de hasta 75 kilómetros.
Y hay que tener en cuenta que esto es en un entorno propicio, como es la ciudad, en la que las velocidades que se alcanzan son más bajas, hay numerosas frenadas que ayudan a regenerar batería, etc. Saliendo a una carretera que una dos localidades, yendo a 45 km/h, lo más probable es que la energía baje a un ritmo elevado y que el alcance real sea mucho menor.
Por último, a nivel de chasis, el Citroën está enfocado a trayectos cortos en ciudad, no es un vehículo que esté pensado para hacer curvas o para filtrar grandes irregularidades del terreno.
Dónde es mejor conducir otro coche
Con todo esto en mente, queda claro que el lugar óptimo para el Citroën AMI es la ciudad. Fuera de esta, no resulta muy conveniente su empleo.
En autovías y autopistas, directamente porque no está homologado para ello y sería ilegal, pero incluso para carreteras secundarias es mejor decantarse por un coche eléctrico per se, que tenga un mayor tamaño, potencia, autonomía y presente unas cualidades dinámicas más acordes a dicho uso.
Sin salir de la propia Citroën, un ejemplo como el Citroën C4 eléctrico sería una alternativa mucho más equilibrada para un uso mixto entre urbano y salidas fuera de la ciudad, incluyendo viajes cortos o medios.
Descubre más sobre Mario Herráez, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Autobild España.