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Análisis GP de China de F1 2015: Alonso sufre más que nunca

Análisis GP de China de F1 2015: Alonso sufre más que nunca
En este análisis del GP de China de F1 2015, creemos que Alonso ha sufrido más que nunca, quizás de un modo aún más cruel que cuando bajó a los infiernos durante dos años en Renault... ¿Es pronto para echarse las manos a la cabeza?

Tiene 33 años y es duro, muy duro, verlo arrastrarse por el asfalto con un bólido que se llama McLaren -con independencia de que se apellide Honda o Mercedes, Orbea o BH...-. Sobre todo, cuando uno ha empezado desde abajo -no como Hamilton, que aterrizó en 2007 y en una McLaren campeona-, tiene dos Mundiales de Pilotos conseguidos contra el mismísmo Michael Schumacher y ha sido varias veces admirado como el mejor piloto de la parrilla -hasta reconocido oficialmente por la FIA- en los últimos cuatro años, aquellos en los que las demostraciones de manos y poderío han llegado, pero lo títulos, por poco, no. Por eso, en este análisis GP de China de F1 2015, no es descabellado pensar que Alonso ha sufrido más que nunca en el cockpit. ¿Por qué, si ha logrado acabar la carrera? Porque nadie se cree que ese pudiera ser el objetivo en woking -o en Japón- para China hace solo un mes, después de que Fernando no pudiera disputar Australia y abandonara Malasia por rotura de la que iba a ser la joya de la corona: el motor.

Alonso GP de China de F1 2015

Hace unos días, en unas declaraciones muy sonadas, Fernando, al ser preguntado por la victoria de Vettel con Ferrari -'su' Ferrari, en el GP de Malasia de F1 2015 y por si se había equivocado al marcharse de Maranello justo este año, aseguraba que sólo se arrepentiría "Si Ferrari ganara el Mundial, no si quedara segundo". Puede tener razón al referirse a que para ser siempre segundo, o tercero, o quinto, para no vencer, mejor emprender nuevos proyectos. Pero cuesta mucho creer que un ganador nato como él prefiera estar desarrollando casi de cero un bólido como el suyo a estar apretando las tuercas a los Mercedes y engordando su palmarés con podios y alguna victoria. Sobre todo, cuando eso es justo lo que ha empezado a hacer el 'sobrevalorado' Sebastian Vettel, el piloto al que se le ha criticado - a veces, de forma no muy ajustada a la realidad- por tener manos 'de mantequilla' en los momentos cruciales, por contar con todos los favores de la escudería respecto a Webber, por preguntar por radio cada maniobra al equipo en los momentos de superioridad de Red Bull y por ser barrido en su propio equipo -esto sí que es un dato objetivo- por el debutante Ricciardo en 2014. Además, Seb lo está haciendo con el monoplaza que lleva años tratando de desarrollar Alonso y su séquito y que, además, ha empezado a funcionar ahora mucho mejor que desde 2011. Pero China ha sido demasiado cruel para el asturiano, porque el puesto 12 es lo mejor que ha podido conseguir sin más excusas de fiabilidad.  

Alonso ha tenido el mérito de haberse jugado campeonatos en la última carrera sin que Ferrari fuera la mejor -ni la segunda ni la tercera mejor- escudería de la parrilla frente, al monopolio mecánico de Red Bull; sin embargo, la decisión de emigrar a McLaren no se puede sostener como acertada en una carrera como el GP de China 2015. Es fácil hablar a toro pasado, aunque aquí ya apuntábamos hace más de un año que McLaren, desde 2012, había perdido el rumbo en el desarrollo de los monoplazas y en 2014 quedaron aún más en evidencia cuando no supieron sacar partido de su principal valor: el motor Mercedes, el mejor bloque de todos. Es cierto que casi nadie esperaba que McLaren-Honda, Honda-McLaren, estuvieran tan lejos de los favoritos... y no, ni siquiera el propio Alonso. 

Por eso, en este análisis GP de China de F1 2015, Fernando no puede estar satisfecho con la situación, por mucho que su elegancia -aunque Lauda lo llame egocéntrico- le haga tragar los mismos sapos y culebras que le cortaban la digestión en Ferrari desde 2010 -cuando perdió el título en la última carrera por un fallo estratégico-, en 2011, 2012, 2013 y 2014. Y todo es más grave que antes: su bajada a los infiernos de Renault en 2008 y 2009 era un paso atrás para coger carrerilla hacia un combinado supuestamente ganador, y a Alonso le quedaba margen -y edad- para seguir estando en la cima; los primeros años de Ferrari eran prometedores y los monoplazas no estaban demasiado alejados de la cabeza... Pero ahora, el camino por recorrer es infinitamente más largo y el tiempo para conseguir el ansiado tricampeonato se ha reducido considerablemente. Y, por si fuera poco, Shanghai has sido la primera carrera de 2015 en la que se ha corroborado la evidencia: sin lesiones físicas, roturas de motor ni salidas de pista, el MP4-30 está a un mundo de todo. Al menos, de todo lo que puede hacer a Alonso volver a sonreír. 

   

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