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¿Afectará el conflicto con Yemen al precio del carburante?

Conflicto Yemen precio de los carburantes

Un nuevo foco de tensión en Oriente Medio amenaza con subir los precios de la gasolina. Analizamos si afectará el conflicto con Yemen al precio del carburante. 

Los combustibles suelen ser muy sensibles a los conflictos internacionales. Ya vimos la espectacular escalada del precio de la gasolina tras la invasión rusa de Ucrania. Ahora estamos viendo cómo ha aumentado la tensión en la zona de Oriente Medio, primero con la guerra entre Israel y Hamás y ahora con el conflicto con Yemen. ¿Afectará esto último al precio del carburante?

Siempre es difícil hacer un pronóstico de lo que ocurrirá en el futuro, más aún cuando se trata de los carburantes, cuyo precio es muy volátil y depende de tantos factores. 

Hace muchas décadas que la zona de Oriente Medio está en tensión constante y, tradicionalmente, cualquier movimiento que se producía ahí se veía reflejado rápidamente en los surtidores de las gasolineras. 

¿Por qué subió el precio de la gasolina con la guerra de Ucrania y Rusia y no con la de Israel y Hamás?

Sin embargo, mientras la guerra entre Rusia y Ucrania provocó una subida exponencial de los precios de los carburantes, en parte, debido al veto de los productos petrolíferos procedente de Rusia por parte de la Unión Europea, no ocurrió lo mismo tras el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el pasado mes de octubre.

Ahora, un nuevo conflicto en la región atrae la atención de todos los medios de comunicación. Un conflicto que, en realidad, está relacionado con los acontecimientos en Gaza y supone una escalada en la crisis que azota a esta parte del mundo.

¿Afectará el conflicto con Yemen al precio del carburante?

¿Por qué subió el precio de la gasolina con la guerra de Ucrania y Rusia y no con la de Israel y Hamás?

El nuevo conflicto con Yemen se produjo a raíz de los ataques estadounidenses y británicos contra los hutíes, lo cual supone un freno a la libertad de navegación y el comercio mundial. 

Los hutíes forman parte de la red de aliados que Irán (enemigo histórico de Estados Unidos) ha creado para ofrecer una defensa avanzada contra sus enemigos, proporcionándoles todo tipo de armas.

Tras los ataques, los hutíes prometieron responder, a los que se podría sumar las milicias proiraníes en Irak y Siria, incrementando sus acciones contra las fuerzas estadounidenses. Si la tensión en la zona sigue aumentando, será cada vez más inevitable una guerra total entre Israel y Hezbolá, le movimiento político libanés apoyado por Irán.

No se trata aquí de profundizar en los diferentes conflictos que están provocando movimientos de fichas en el tablero de la geopolítica mundial. Lo que nos interesa es ver hasta qué punto todo esto puede afectar al precio de la energía y, concretamente, de los carburantes.

La crisis en el Mar Rojo está provocando un problema de seguridad. Los hutíes representan una amenaza, no tanto con el daño físico que puedan causar, sino con el peligro par la navegación internacional. 

El pasado mes de diciembre, secuestraron un barco y lo obligaron a entrar en uno de sus puertos. También han disparado contra barcos y han causado otros daños. Esto ha hecho que las compañías navieras hayan dejado de pasar por el Mar Rojo para salir al Mediterráneo a través del Canal de Suez y opten por una ruta alternativa, bordear el Cabo de Buena Esperanza.

Tres razones para pensar que no subirá el precio de los carburantes

¿Por qué subió el precio de la gasolina con la guerra de Ucrania y Rusia y no con la de Israel y Hamás?

Todo esto, claro está, afecta al transporte de mercancías y, también puede terminar afectando a los combustibles. Sin embargo, hay algunas razones que nos hacen pensar que no se producirá una subida considerable del precio de los carburantes.

La primera razón es que hay bastantes reservas de combustibles en Europa, sobre todo, de diésel, ya que éste se utiliza para la calefacción en muchos países. 

En segundo lugar, algo de lo que no se habla demasiado, pero que está pasando, es que Europa sigue consumiendo petróleo ruso a un mejor precio. Lo que pasa que ese petróleo no viene directamente de Rusia, sino que ‘hace escala’ en otro país, donde es refinado y, posteriormente, enviado a Europa

Rusia ya no vende su petróleo a la Unión Europea, pero sí a países como China, India o Turquía. Este último, de hecho, ha cobrado especial relevancia en los últimos tiempos, al tener salida al Mediterráneo. Desde Turquía salen cientos de buques cargados de petróleo para Europa, a un precio más competitivo.

Por último, hay que decir que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ya no tiene el mismo poder que antes. Desde hace tiempo, esta organización, integrada sobre todo por países árabes, viene reduciendo la producción de barriles para elevar el precio del crudo. Sin embargo, ya no lo están consiguiendo.

Esto se debe a que dentro de la organización hay cada vez más socios disconformes, pero, sobre todo, a la irrupción de nuevos productores de petróleo, nuevos países como Guyana, que envían petróleo a Europa. 

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