Urbanos de los que nadie se acuerda: Chevrolet Spark, Toyota Urban Cruiser y Nissan Cube
La historia puede ser injusta, dejando en el olvido coches que, por lo que sea, no terminaron de calar aunque tuvieran un punto interesante. Hoy te traemos tres coches urbanos de los que nadie se acuerda: Chevrolet Spark, Toyota Urban Cruiser y Nissan Cube.
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No tuvieron continuación por diversos motivos, lo que ha hecho que caigan en el ostracismo y que seguramente a los más jóvenes ni siquiera les suenen. No todos tuvieron la misma importancia, pero algunos de ellos proponían alternativas bastante llamativas.
Chevrolet Spark
Empezamos por el Chevrolet, seguramente el que menos carisma tiene del trío. Lanzado en nuestro mercado en 2010, fue el reemplazo del tampoco reseñable Matiz. Se trataba de un urbanita cuyo principal argumento de compra era su precio realmente bajo.
Hijo de su época, su diseño a día de hoy parece algo anticuado, con la parrilla dividida que estilaban los modelos de la marca de aquella época, cruzada por un listón con la pajarita en el centro. La custodiaban unos grupos ópticos de gran tamaño y orientación diagonal.
Con una longitud de 3.640 mm no era excesivamente grande, algo que quedaba patente en el interior donde, eso sí, el mayor problema era la anchura, que hacía poco recomendable ocupar sus tres plazas traseras.
Su oferta de motores estaba en línea con el tipo de coche que era, bloques pequeños y de escasa potencia que oscilaba entre los 68 y los 82 CV. En 2013 tuvo una actualización menor sin cambios de gran calado.
Toyota Urban Cruiser
Un adelantado a su tiempo e incomprendido por ello: el Toyota apareció en 2008 cuando la fórmula de SUV pequeño no era del agrado del gran público… que en pleno 2018 se lanza en masa a por ella.
Su concepto combinaba dimensiones compactas, con la estética de un todocamino y la versatilidad de un monovolumen pequeño. Su imagen llamaba la atención por las formas robustas, dentro tenía capacidad para cuatro personas y lo más llamativo es que incluso estaba disponible con tracción integral, aunque tampoco era capaz de lidiar con muchas situaciones off-road.
Se puso a la venta con dos motores, un diésel de 90 CV (¡qué tiempos aquellos!) y un gasolina que llegaba hasta los 99.
Nissan Cube
Es ver este Nissan y no poder evitar pensar que en cierta manera fue un tanteo de cómo podría funcionar el segmento kei-car en Europa. La respuesta es mal, pero lo cierto es que en su diseño hay muchos elementos que recordaban a los populares vehículos japoneses.
Y señalamos su imagen porque era lo más característico del modelo: su nombre adelantaba que tenía tintes de cubo, con formas cuadradas con los vértices redondeados y peculiaridades como las ventanillas “corridas” formando un cristalera en el lateral derecho y hasta la zaga, donde además tenía un portón de apertura lateral.
La peculiaridad de sus proporciones redundaba en un gran espacio interior muy bien aprovechado, con capacidad para cinco personas, aunque el maletero era menor de lo esperado.
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