Opel Insignia 2020, estos son sus tres grandes cambios

El Opel Insignia 2020 supone la renovación de la segunda generación de la berlina alemana, que lleva vigente desde el año 2016. De momento Opel no ha comunicado todas las novedades que equipa, pero sí las suficientes como para destacar tres que seguro son de suma importancia. Y ojo, porque aún queda por descubrir una gama mecánica de la que la marca ha prometido que se trata de motores de nuevo desarrollo. En cualquier caso, estamos hablando de una puesta al día con la que los teutones buscarán de nuevo hacer frente a modelos como el Peugeot 508 o el Ford Mondeo.

1. Una nueva estética

Lo primero que salta a la vista con el nuevo Opel Insignia es su nueva estética. Los principales cambios que ofrece se encuentran tanto en el frontal como en una zaga con dos salidas de escape. Por delante destaca el nuevo paragolpes, que cuenta como gran novedad con una nueva entrada de aire en el centro más otras dos en los laterales. Estas dos últimas integran además las luces antiniebla. Por su parte, la parrilla destaca más si cabe por su nuevo marco cromado, además de aumentar su altura.

2. Iluminación

El principal cambio que ofrece el Opel Insignia 2020 en su frontal va mucho más allá de la mera estética. Lo encontramos en los faros, que ofrecen la tecnología IntelliLux LED Pixel. Gracias a ésta existe hasta 84 ledes en cada una de las ópticas, por los 16 que había antes. Se distribuyen en tres filas y son capaces de adaptar el haz de luz en cuanto a alcance, anchura e intensidad en función de la información recibida a partir de las unidades de control. Éstas son tres diferentes, y se conectan una de ellas a la cámara frontal y las otras dos en cada uno de los faros. Para evitar deslumbrar al resto de conductores son capaces de crear zonas de sombra estratégicamente situadas.

3. Seguridad

El Opel Insignia 2020 supone una importante mejora en términos de seguridad respecto al modelo saliente. En este sentido, el sistema de alerta de tráfico cruzado al circular marchas atrás añade la función de frenada automática y detección de peatones, esta última sumada a la detección de vehículos. El funcionamiento del sistema es posible gracias a los sensores de radar situados en la parte de atrás del coche, que son capaces de detectar obstáculos en movimiento en un ángulo de 90 grados y hasta una distancia de 20 metros.

Esta mejora se suma a los sistemas de seguridad ya conocidos y que volverán a estar disponibles, tales como la frenada de emergencia con detección de peatones, el sistema de mantenimiento de carril, el programador de velocidad activo, el sistema de aparcamiento semi automático, el detector de objetos en ángulo muerto o el lector de señales de tráfico.