5 pueblos de España para visitar en caravana o furgoneta
La España vaciada es mucho más que pueblos abandonados: es parte de la historia de nuestro país. Son lugares que mantienen vivo el fiel reflejo del pasado como si alguien hubiera pausado los relojes en algún momento. Algo por lo que también se convierten en rincones para desconectar, descansar y, simplemente, disfrutar. Recopilamos 5 pueblos de España para visitar en caravana o furgoneta.
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Recorrer España (o cualquier país) de esta manera es algo que todos tendríamos que hacer, al menos, una vez en la vida. Si has decidido que tu próximo viaje será de este tipo tienes que tener en cuenta que la acampada está regulada en España y hacerlo de forma libre está prohibido: sí, expandir el territorio conquistado con tu caravana o furgoneta con elementos exteriores es acampar.
La pernoctación (dormir en el interior de un vehículo) está permitida, pero tendrás que informarte de las normativas que ha puesto en marcha el ayuntamiento de los lugares que vayas a visitar. Son los consistorios locales los encargados de regular si las caravanas y furgonetas pueden aparcar en la totalidad de su término municipal o en algunas zonas concretas. Tras este breve inciso previo a nuestro viaje, es hora de ponerme en marcha para visitar los 5 pueblos abandonados que hemos elegido.
1. Belchite (Zaragoza)
Nuestra primera parada está ubicada en Zaragoza y es una de las localidades deshabitadas más famosas: Belchite. Durante la Guerra Civil fue el escenario de la Batalla del Ebro y la contienda destruyó, prácticamente, el pueblo. En lugar de reconstruirlo decidieron dejar vivas las ruinas para que aquella parte de la historia de España no volviera a repetirse. Así lo recuerda la jota aragonesa que está escrita en una de las puertas de la antigua iglesia: “Pueblo viejo de Belchite: ya no te rondan zagales, ya no se oirán las jotas que cantaban nuestros padres”.
Desde 2013 es posible recorrer sus calles (en las que, por cierto, veraneó Serrat) a través de los paseos guiados que ofrece la oficina de turismo. Unas visitas que se pueden hacer de día o de noche… porque Belchite ha sido escenario de leyendas sobre fantasmas y espíritus, pero también ha servido como telón de fondo para películas y anuncios: ¡hasta Arnold Schwarzenegger ha rodado allí!
2. Turruncún (La Rioja)
Muro de Aguas
Nuestro camino nos lleva, ahora, hasta La Rioja Baja donde pararemos en Turruncún. Aunque a principios del siglo pasado tenía más de 300 habitantes no ha podido sucumbir al despoblamiento. La última construcción data de 1965: fue entonces cuando se edificaron las escuelas… y nunca llegaron a estrenarse.
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Igual que sucede con otros pueblos abandonados, este también tiene su dosis de misterio. En el interior de la iglesia, que todavía está en pie, el suelo ha sido removido y se atisban unos restos óseo: no son pocos los que afirman que se son humanos. En 1975 fue anexionada Arnedo, un municipio que está incluido en la ‘Ruta de los dinosaurios’ de la zona. Gracias a ella se pueden observar los restos de estos extintos animales en siete yacimientos.
3. Os Teixois (Asturias)
Asturias es una de las comunidades con más pueblos abandonados. A cuatro kilómetros de Taramundi, que también merece una visita, nos encontramos con uno de ellos que tiene su propio lema: “La fuerza del agua dominada por el ingenio del hombre”.
Os Teixois es un lugar que parece haber sido sacado de un cuento: está rodeado por montañas y la naturaleza se funde con las edificaciones. No es de extrañar si tenemos en cuenta que allí todo gira en torno al agua: en sus escasas calles nos podemos encontrar todos los inventos hidráulicos que idearon sus habitantes (mazo, batán, molino, rueda de afilar…) y que han ganado la batalla al tiempo. No sólo se mantienen, también funcionan.
4. Granadilla (Cáceres)
No podía faltar en nuestra lista uno de los primeros lugares que formó parte del Programa Interministerial de Pueblos Abandonados. Ubicada en la Comarca de las Hurdes nos encontramos con esta villa amurallada de origen musulmán que se fundó en el siglo IX y fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1980.
La cercanía del embalse de Gabriel y Galán provocó que, a mediados del siglo pasado, la declarasen zona inundable obligando, así, a sus vecinos a abandonar el pueblo. Lo curioso es que nunca fue anegado por el agua. Hoy se puede visitar todos los días menos los lunes y a los aficionados al cine puede que les suenen sus calles: Pedro Almodóvar grabó allí la escena final de ‘¡Átame!’ (1989).
5. Sancti Petri (Cádiz)
Aunque la playa de Sancti Petri sea un cotizado destino cuando llega el buen tiempo, lo cierto es que este rincón debe su nombre a un pueblo pesquero que hoy está abandonado. Está una pequeña isla en la que, según los historiadores, se ubicaba el templo más famoso de Occidente: el de Hércules dedicado al dios Melkart.
Hoy en día, en ella se levanta el castillo que da nombre a la zona: una fortaleza defensiva que fue restaurada hace unos cuantos años para poder visitarlo y que estuvo activa entre los siglos XVII y XIX. Hasta los años 70 fue un lugar próspero sustentado en la almadraba, pero cuando la pesca del atún empezó a escasear llegó la ruina y las familias que allí vivían se marcharon.
Descubre más sobre Elena Sanz Bartolomé, autor/a de este artículo.
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