Logo Autobild.es

Comparativa: Volvo XC60 vs Mercedes GLC

El Volvo XC60 lleva la elegancia nórdica al mundo de los SUV. El Mercedes GLC resiste con sus virtudes alemanas. ¿Quién saldrá victorioso al final? Esta comparativa te da la respuesta

En lugar de un motor eléctrico "real", el Volvo XC60 tiene que utilizar el clásico alternador. Tira del motor diésel de cuatro cilindros a través de una correa de goma y ayuda a ahorrar combustible. ¿En Volvo no podían aspirar a más con un coche que supera holgadamente los 60.000 euros?

Un momento, retrocedamos un poco. Sobre el papel, este sistema puede sonar algo vetusto, pero lo cierto es que hay mucha más tecnología moderna de la que parece en el XC60 B5 diésel. Y el generador del B5 funciona con unos considerables 48 voltios, voltaje suficiente para realmente darle prestaciones y reducir el consumo al mismo tiempo. Volvo finalmente promete un consumo medio de 6,4 litros cada 100 kilómetros, casi ridículo para un coche de este tamaño y potencia. 

Barrido XC60

Christoph Börries / AUTOBILD

El Mercedes GLC lleva el 300 d que promete 6,7 litros, con carga biturbo y un precio de partida en torno a los 55.000 euros. 

En ambos SUV encontramos tracción en las cuatro ruedas, mucho lujo y comodidad (por ejemplo, aire acondicionado multizona), transmisión automática, mucha asistencia al conductor (como la gestión activa de atascos en el Mercedes o el asistente de señales de tráfico en Volvo) y, por supuesto, la potencia diésel muy refinada que también es de serie. 

Barrido GLC

Christoph Börries / AUTOBILD

El Volvo tiene un 2.0 con 235 CV y 480 Nm, mientras que Mercedes 300 d rinde 245 CV y 500 Nm. 

Por dentro

El GLC ofrece unos asientos perfectos con un soporte para los muslos muy cómodo y ajuste parcialmente eléctrico. Los del XC60 tienen un tapizado excelente, pero les falta un poco de agarre en la zona de los hombros. 

Asientos GLC

Christoph Börries / AUTOBILD

En la parte trasera del sueco la sensación de espacio (y el espacio real) es perfecta. 

La segunda fila del GLC también desahogada y cómoda, apta para que allí viajen adultos sin apreturas, y además su maletero cubica 1.600 litros frente a los 1.410 de su rival. 

Asientos XC60

Christoph Börries / AUTOBILD

¡En marcha!

Hay poca evidencia de electrificación en el Volvo, en ningún momento funciona en absoluto silencio porque el  generador está conectado directamente al motor de combustión. 

Notable: la aceleración es fuerte y lineal con ambos, los SUV arrancan inesperadamente briosos sin caer en un retraso del turbo demasiado profundo. El Volvo suena más a diésel en todos los regímenes del motor, el Mercedes parece más silencioso, más suave. Sin embargo, nos irrita la vibración que se produce a determinadas vueltas. 

Morro GLC

Christoph Börries / AUTOBILD

El GLC hace gala de sus 20 Nm más de par motor, y se nota en un rodar general más relajado y unas prestaciones considerablemente mejores: invierte 1,5 segundos menos para pasar de 0 a 100. 

En el Volvo la aceleración a fondo es algo más brusca, especialmente la inserción de la segunda marcha es demasiado patente. Digamos que el kickdown no es su especialidad, y se le nota más forzado, por ejemplo, cuando vamos a 80 km/h y le exigimos de pronto más rendimiento para adelantar. 

Morro XC60

Christoph Börries / AUTOBILD

En el mismo punto, el Mercedes simplemente salta rápidamente a la marcha más baja posible y silba animadamente, cambiando entre los nueve relaciones (hay ocho disponibles en el Volvo) hacia arriba y hacia abajo de la manera más acertada. 

Ahorradores

En ambos coches se ha cuidado mucho el ahorro de combustible, y el sistema Start Stop funciona rápidamente y sin apenas notarse. El Volvo ha logrado consumir medio litro menos en nuestra medición que su rival. Aunque hay que tener en cuenta que el Volvo va limitado electrónicamente a 180 km/h, mientras que al GLC 300 d se le permite llegar a 228 km/h, y durante la prueba hemos conducido  ambos durante un tramo por el carril izquierdo de una autovía alemana sin límite de velocidad. 

El Mercedes rueda sobre 19 pulgadas con neumáticos de 55 mm, lo que con la suspensión neumática opcional le da un comportamiento de suspensión sobradamente cómodo.

Zagas GLC y XC60

Christoph Börries / AUTOBILD

Al mismo tiempo, el GLC se puede conducir con mayor precisión, la dirección reacciona de manera suave y agradable y el SUV alemán muestra características casi deportivas en los frenos. En resumen: cómodo y suave, pero al mismo tiempo comunicativo en cierta medida dinámico. 

El chasis Volvo (con suspensión neumática opcional) se defiende con éxito de los golpes en el asfalto. Lástima: los baches cortos provocan un temblor suave y constante en el cuerpo de chapa. En la posición más confortable del control del chasis, lo cierto es que en el XC uno tiene la sensación de ir en un sedán de lujo, por eso es una lástima que sus ruedas de 20 pulgadas se hagan notar cuando pasamos por asfalto quebradizo. 

Multimedia

Cockpit GLC

Christoph Börries / AUTOBILD

Cuando se trata del concepto operativo, el Mercedes es más intuitivo, comprende muy bien los comandos de voz, y los menús de la pantalla principal se pueden controlar también con el botón del volante de forma rápida y sin apenas distracciones. 

En el Volvo, en cambio, todo es más confuso de entrada, para casi todas las funciones debes buscar a tientas con el brazo extendido en el panel de control central entre los asientos del conductor y el pasajero. 

Cockpit XC60

Christoph Börries / AUTOBILD

Conclusión

2º puesto: Volvo XC60 B5 Diesel. Verdaderamente elegante, cómodo y potente. Pero no es tan redondo en detalles como el Mercedes.

Morros XC60 y GLC

Christoph Börries / AUTOBILD

1er puesto: Mercedes GLC 300 d. Más rápido, más ágil, más cómodo: el GLC es el compañero de viaje más agradable. 

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.