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Comparativa: DS3 Cabrio ‘vs’ Mini Cabrio y VW Beetle Cabrio

Nacho de Haro

Comparamos al DS3 Cabrio, al Mini Cooper Cabrio y al Volkswagen Beetle Cabrio para ver cuál podría convertirse en un futuro 'coche de culto'. Los tres tienen padres muy 'cool' en el 2 CV, el Mini clásico y el Escarabajo, comprobemos si sus descendientes mantienen las características que hicieron triunfar a sus antecesores.

Motorizaciones comparadas:

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Tramo de pruebas de AUTO BILD, los Volkswagen Beetle Cabrio, DS 3 Cabrio y Mini Cooper Cabrio van pasando uno tras otro por las curvas y, de pronto, a todos se les encienden las luces traseras de frenada. Mejor echar el ancla: les pide paso un Volkswagen cabrio negro con forma de huevo que llega por detrás a 150 km/h bramando como si no hubiera un mañana.

No, no nos hemos vuelto locos: aunque este Escarabajo Cabrio también es nuestro, no participa en la prueba. Va aparte, como podrás ver al final de la galería de imágenes que acompaña esta comparativa entre el Volkswagen Beetle Cabrio, el DS 3 Cabrio y el Mini Cooper Cabrio. ¿Cuál de ellos tiene madera de leyenda? Eso vamos a decidir en esta comparativa.

Esto es lo que ofrecen

¿Eres un tipo majo al que le gusta llevarse a los amigos de viaje y con viento fresco? Entonces, ninguno de estos tres coches es el tuyo: aunque tengan fila trasera y cinturones de seguridad, como mucho podrás llevar dos perros. Mejor no lo intentes con ningún amigo, si realmente es un amigo. Por ejemplo, en el Mini Cooper Cabrio los pies quedan atrapados bajo los asientos delanteros. En el DS 3 Cabrio, como el techo se desliza hacia atrás, enseguida te quedas sin espacio para la cabeza si vas tras el conductor o el copiloto. El Beetle Cabrio es el que más espacio ofrece en la segunda fila, porque es un coche basado en el Golf, que con sus 4,28 metros es casi medio  metro más largo que el Mini. Eso sí, el respaldo es tan vertical que la espalda lo nota si vas a recorrer unos cuantos kilómetros.

Mini Cabrio 2016 en acción

Y no hablemos ya de los maleteros: solo 225 litros en el Beetle y 160 en el Mini abierto. Que el DS gane con sus 245 litros no es demasiada ventaja, porque la boca de carga es tan microscópica que si, por ejemplo, vas a meter una caja de botellas de agua, tendrás que separarlas de una en una si quieres transportarlas. Pero pongámonos en marcha para ver sus diferencias dinámicas.

Así se comportan

Cuando un fan absoluto de los seis cilindros en línea como nuestro compañero prueba el DS 3 Cabrio de tres cilindros y se le escapa una sonrisa, es buena señal. Algo fabuloso está pasando. Efectivamente: el 1,2 litros gasolina de 130 CV tiene unos desarrollos tan cortos, que tira como un gato perseguido por un dóberman. Entre 60 y 100 km/h, en cuarta, el DS es el más elástico de los tres, aunque sea el que menos caballos tiene. Aunque para nuestro redactor un tres cilindros equivalga a medio motor, en este caso, su veredicto es claro: "Funcionamiento algo tosco, pero empuja con poderío".

El vencedor en el apartado mecánico, en cualquier caso, es el Beetle Cabrio, ya que tiene una respuesta más sofisticada, apoyado en un cilindro más. Monta el 1.4 TSI del Golf. Antes de que te lleves las manos a la cabeza y grites: "¿El de la cadena de distribución?", te diremos que sí, pero en este caso Volkswagen ha aprendido de su error y ha sustituido la cuestionada cadena por una correa dentada. Aunque entregue 150 CV, el Beetle Cabrio no está sobremotorizado. Hay que ver que, con 1.415 kilos de peso, es el más entrado en carnes de este trío. Arroja en la báscula 222 kg más que el DS 3. No es un coche para pasárselo bomba al volante, pero sí un confortable viajero.

Y entonces llega la hora de apretar el botón de arranque del Mini Cooper Cabrio, esa pieza roja que parece un pen drive insertado en la consola central. El tres cilindros tiene 1,5 litros, esto es, 500 cc para cada uno. 136 CV tal vez no te parezcan muchos, pero eran los que rendía hace tiempo el Audi Coupé de cinco cilindros y que despertaban en sus propietarios el Walter Röhrl que llevaban dentro: tienes que mantener al coche alegre, estar pendiente. Y es que los desarrollos de este Mini son tan largos que es capaz de rodar a 100 km/h en segunda y sin llegar a la zona roja del cuentavueltas. Y es una pena, porque su chasis invita a ser agresivo en carreteras de curvas. Pero claro, ahí está su falta de elasticidad impidiéndolo una y otra vez. Un dato: tarda 2,7 segundos más en pasar de 60 a 100 km/h que el DS 3 (6,3). Incluso el cuatro cilindros del pesado Beetle requiere menos tiempo: 7,1 segundos. De esto, el conductor del Mini Cabrio solo puede sacar una conclusión, si quiere rodar con un poco de brío para poder exprimir su excelente chasis, debe llevarlo siempre con la aguja del cuentarrevoluciones por encima de las 3.500 vueltas. En la franja de debajo, la nada absoluta.

Así se conducen

Ya te hemos adelantado que el Escarabajo Cabrio clásico juega un papel bastante salvaje. También que está descalificado a priori, así que empecemos por su nieto: el Beetle se comporta como lo hace un Golf. Es decir, es con diferencia el más confortable de la comparativa, filtra las irregularidades y dentro suena poco. Y eso que está basado en el Golf VI, por tanto no en la nueva plataforma modular MQB del Golf actual, por eso peca de una dirección suave de la que se echa en falta que sea más directa. Ya imaginarás que, en este último apartado y en agilidad, el Mini le saca unos cuantos puntos.

A propósito del Mini: ¿hemos utilizado ya la palabra kart? ¿No? Pues estábamos tardando. Es duro, es ágil y se deja llevar en curva con mayor facilidad que sus rivales. Una vez más, es el más dinámico de la comparativa. Y tal vez a cambio de los nulos balanceos en curva y su dirección tan directa haya que pagar el precio de una suspensión más seca de lo que nos gustaría. El Beetle es el más equilibrado, pero la faltan sensaciones. Y el DS 3, después de 23 kilómetros, ya nos demuestra que está en el otro polo del equilibrio. La carrocería transmite poca consistencia, la dirección no transmite demasiado y el chasis tiene un tarado de suspensiones y amortiguadores que produce golpeteos en el interior. ¿Conducir rápido, devorar curvas, divertirse al volante? No, ese no es el terreno del DS 3. Dejémoslo para quienes quieran circular relajadamente sobre asfalto en buen estado.

Antes de sacar la calculadora, dejemos que entre el sol. En el Beetle es donde antes sucede, la capota se pliega en 10,5 segundos. El Mini necesita 16 para quedarse totalmente abierto y si solo aprietas una vez el botón, se abre a medias, equiparándose a un techo deslizante. El DS 3 lo hace como lo hacía el 2CV: el techo de lona se desliza hasta atrás entre dos raíles, también en dos posiciones. Por eso el francés no se puede considerar un cabrio al 100%, ya que no queda del todo abierto.

Esto es lo que cuestan

Ahora sí, vayamos a los precios. Si tenemos que hablar de la relación calidad/precio del DS, no sale muy bien parado. Cuesta 25.380 euros. ¿Velocímetro? Poco legible. ¿Radio? ¿Multimedia? Manejo complicado. ¿Regulación de asientos? Poco precisa. El Mini cuesta lo mismo y recibe 13 de 15 puntos en el valor de reventa. Y, por una vez, no es el más caro: el Beetle, con equipamiento Design, sale por 30.280 euros. Por eso pierde en el apartado de costes. 

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