Comparativa: Audi TTS 'vs' BMW M235i. ¿Perfección o Pasión?
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Mientras estamos repostando antes de comenzar esta comparativa, nos encontramos con un estudiante de Erasmus llegado de Grecia, el debate sobre los dos coches es inmediato: “El Audi TTS es una pasada, el BMW M235i es arrebatador; no sé con cuál me quedaría de los dos, la verdad”. Nosotros no vamos a sacar al joven estudiante de su disyuntiva, pero sí que vamos a ver cuál es mejor de los dos en circuito.
Primero me dejo caer, muy abajo, en los rígidos asientos del Audi, y aprieto el botón de encendido. Aunque rinde 310 CV al sonido le falta chicha. Solo en modo Sport y alto de vueltas el rugido logra enamorar los oídos. Y es que lo que trabaja bajo el capó es un cuatro cilindros.
Las señas de identidad de la variante M del BMW Serie 2 se adivinan enseguida. La postura de conducción es más elevada y las plazas traseras admiten a pasajeros adultos para trayectos cortos, no como en los asientos testimoniales del Audi TT. El sonido del seis cilindros en línea de tres litros pone los pelos de punta desde el ralentí. Y cuando sube de vueltas, mejora todavía más.
Para probar este coche en circuito, lo cierto es que al principio me decepcionó saber que era la versión automática, pero enseguida me convenció: su caja de cambios ZF de ocho velocidades cambia con precisión, de forma fulminante y sin tirones. Sabe exprimir los 326 CV de su motor y le araña medio segundo al TTS en el 0 a 100 km/h, que cubre en 4,9. Así, logra una clara ventaja al llegar a los 200 km/h.
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Aquí, la caja manual de relaciones cortas del Audi le penaliza: obliga a cambiar dos veces antes de llegar a los 100 km/h. Sin duda, el tacto y la precisión de la palanca son buenos, pero le cuesta segundos. Eso sí, no se puede decir que el TTS sea lento en circuito. Gracias a su tracción integral y sus ruedas de 20 pulgadas opcionales (2.415 euros), va literalmente pegado al asfalto. Llega a los 50 km/h en 1,8 segundos, pero justo después el BMW M235i se le escapa. Con todo, el Audi demuestra que no es solo un coche para moverse en carretera y también juega un papel excepcional en circuito. La dirección, eso sí, es un poco más blanda que en el BMW y por eso transmite menos, pero eso no impide dar siempre con el ángulo de ataque perfecto casi de forma automática antes de afrontar una curva y mantener siempre la trayectoria idónea. Incluso con el ESP desconectado, el TTS se mantiene preciso y se desliza con exactitud por las curvas como si fuera sobre raíles, logrando un tiempo de 1:36,78 en el circuito Contidrom de Hannover.
El BMW exige más
Que el BMW M235i ofrezca algo más de espacio interior y filtre con sus ruedas de 18 pulgadas más confortablemente no tiene importancia en circuito. Ahora solo cuenta el cronómetro. Con un empuje excepcional el motor de seis cilindros catapulta a este M235i desde los boxes que a partir de las 1.300 vueltas ya entrega sus 450 Nm de par máximo. Eso me obliga a trabajar duro al volante. Sus frenos ayudan: detienen el vehículo desde 100 km/h a 0 1,9 metros antes que el Audi, lo que me permite frenar más tarde ante las curvas. La pregunta es: ¿puedo pisar a fondo a la salida? Obviamente no, a menos que quiera poner el coche de lado. Este BMW requiere más esfuerzo al volante. Quien sepa hacerlo, no solo le sacará siete centésimas de ventaja por vuelta al TTS, sino más diversión. Los demás, tienen garantizado un trompo.
Queda la cuestión de los costes: si hablamos del consumo y del mantenimiento, juegan a favor del Audi, aunque lo cierto es que los dos ofrecen unos niveles de diversión al volante impagables. Pero el M235i es más indómito y, a nuestro parecer, divertido. Por eso, aunque la decisión es difícil, nos quedamos con el coupé de BMW. Aunque el estudiante Erasmus se quedaría con los dos…
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Este coste podría ser menor si optas por una póliza a todo riesgo con franquicia. En este caso, la más barata sería la de Genesis Auto. Cuesta 418 euros con franquicia de 300 euros.
Conclusión
Finalmente, la emoción gana sobre la perfección. Tanto el Audi TTS como el BMW M235i son dos coupés que se sitúan en lo más alto del olimpo de los deportivos. El de Ingolstadt destaca como atleta con tracción integral, el de Múnich necesita una conducción tan exigente como apasionante. El BMW requiere más pericia al volante y, a cambio, ofrece más dosis de diversión.
En el siguiente vídeo podrás ver los resultados del Crash test de Euro NCAP al que ha sido sometido el Audi TT:
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