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Comparativa SUV: Kia Sportage contra sus rivales

A Kia la conocemos por ser buena y barata. Pero el nuevo Sportage va más allá y pone en serios aprietos a toda su competencia.

Kia está en buena forma. En 2015, los coreanos ganaron el informe de calidad de AUTO BILD y el nuevo Optima ganó una de nuestras comparativas. Desde que el exdiseñador de Audi, Peter Schreyer, se ha puesto a los mandos del diseño, sus modelos con cada vez más atractivos.

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Un ejemplo perfecto es el nuevo Kia Sportage, uno de los SUV compactos que más público atrajo en el Salón de Frankfurt 2015, cuando se presentó. Técnicamente es casi idéntico al Hyundai Tucson, solo que su carrocería es obra de Schreyer. La pregunta es inevitable: ¿Existe alguna diferencia al conducir a estos dos “hermanos”? 

Otro rival es el Mazda CX-5. Presentado en 2011, con una atractiva carrocería, motores diésel muy alegres y con un comportamiento dinámico que le han valido siempre altas puntuaciones en las comparativas... hasta hoy. Pero si hablamos de dinamismo, tenemos que incluir a la segunda generación del Ford Kuga. Lleva en activo desde 2012 y es todo un superventas a nivel europeo. Para esta comparativa de SUV hemos elegido mecánicas similares: todos llevan el motor diésel más potente de sus respectivas gamas (alrededor de 180 CV), tracción integral y confortables cambios automáticos.

4. FORD KUGA 2.0 TDCi (534 puntos)

En el apartado de conducción el Ford Kuga sigue sorprendiendo con su dirección precisa, su eficaz tracción integral y un chasis con un tarado firme que le permite pasar por las curvas con mucha efectividad. Sin duda, el dinamismo es el punto fuerte de este Ford. A todo esto añade un motor diésel de 180 CV, que trabaja a la perfección con el cambio de seis velocidades de doble embrague. También nos ha llamado la atención que su agilidad viene acompañada con un elevado confort de marcha. 

Pero es una pena que esta comodidad se vea penalizada por unos asientos delanteros demasiado pequeños. Los conductores de tallas más grandes (desde 1,80 metros) tendrán la sensación de que van en unas butacas cortas tanto por banqueta como por respaldo.

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Aquí no acaban los puntos mejorables del Kuga. Muy cerca del puesto de conducción tenemos al nuevo navegador con su gran pantalla táctil de ocho pulgadas. Sin duda, supone un avance en manejo y visibilidad respecto al modelo anterior (era de 4,2"), pero es incapaz de ofrecer el uso intuitivo del Hyundai y el Kia. 

A pesar de estos errores, el SUV de Ford es capaz de puntuar muy alto y ha quedado a un solo punto del Mazda CX-5. Además, el Kuga se ve penalizado por su escasa garantía de tan solo dos años. Eso sí, con su precio de 34.150 euros (acabado Titanium) es el más barato de todos.

3. MAZDA CX-5 2.2 SKYACTIV-D (535 puntos)

Desde hace tiempo hemos elogiado las cualidades dinámicas del Mazda CX-5, pero al lado de estos rivales el tarado de su chasis resulta más blando de lo esperado. El control de estabilidad entra muy pronto en acción y el eje delantero se hunde mucho en los cambios de dirección. Sin duda, el Kuga y los coreanos son más ágiles. Pero lo peor de todo es que tampoco logra destacar en confort. 

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Por otro lado, la unidad de pruebas con el acabado Luxury cuenta con el cambio automático por convertidor de par con seis velocidades. Esta transmisión no inserta las marchas con la rapidez que reclama su voluntarioso motor diésel de 2,2 litros de cilindrada, que siempre está dispuesto a subir de vueltas. Hay que reconocer que la tecnología Skyactiv que Mazda aplica a sus motores es un cúmulo de virtudes. Entre otras cosas, en este bloque diésel se ha rebajado al máximo la relación de compresión, con lo que se consigue una mejor combustión y, de este modo, un rendimiento óptimo.

No obstante, aunque Mazda promete que su coche ofrece un consumo medio de 5,5 l/100 km, nuestro recorrido de pruebas nos ha demostrado que tiene un gasto real de 7,3 litros. Una cifra que es aceptable pero que es la más alta de la comparativa. El precio tampoco juega a favor del Mazda, con 41.105 euros es lo de los más costosos. Por ello, no es capaz de superar una más que digna tercera posición.

2.HYUNDAI TUCSON 2.0 CRDi (549 puntos)

El Hyundai Tucson es un modelo de nombre incierto. Este SUV compacto nació en 2005 tomando su nombre de una ciudad del estado de Arizona, en Estados Unidos. La segunda generación, en 2009, pasó a llamarse ix35, y la tercera, que lleva en el mercado desde julio del año pasado, recuperó su denominación original. Pero hay un apartado en el que sí que ha tenido continuidad: todas las versiones, da igual su nombre, se han basado siempre en la misma plataforma que la del Kia Sportage. 

 

Pero en esta última generación, se nota que tanto Kia como Hyundai han hecho muy bien sus deberes. La calidad está a muy buen nivel, los motores diésel son silenciosos y potentes; y su caja de cambios automática (para las fotos usamos una unidad con cambio manual) tiene un funcionamiento preciso. Pero lo que más llama la atención en este SUV coreano es su comportamiento: es casi tan ágil como el de un Ford Kuga. No obstante, el tarado del chasis del Tucson es levemente más blando que el del Sportage y, por ello, filtra un poco mejor los baches. Un coche, en definitiva, para realizar largos viajes relajadamente. 

Además, el equipamiento de serie de la versión Style es muy completo y no faltan elementos de seguridad como la advertencia de colisión frontal con frenada automática o los faros delanteros con tecnología LED.

1. KIA SPORTAGE 2.0 CRDi (556 puntos)

“Le falta refinamiento”. Esta fue la conclusión de AUTO BILD en una prueba de la anterior generación. Pero su reducido precio y los siete años de garantía seguían siendo un buen argumento de compra para el antiguo Sportage. El nuevo demuestra que Kia es todo menos una marca conformista.

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Primera razón: tiene un aspecto indudablemente atractivo. Su carrocería estilizada, con detalles que realzan su línea deportiva, que hace girar cabezas a su paso. Segunda razón: se conduce tan bien como promete su aspecto. Y eso sí que es nuevo en Kia.

 

En las pruebas de las anteriores generaciones nos quejábamos de su insensible dirección, sus débiles frenos y, en general, un comportamiento mejorable. El Sportage frena mejor que el 

Mazda y el Ford, y el chasis tiene un tarado muy equilibrado. La única pega: a tope de carga y sobre asfalto roto, las suspensiones traseras llegan rápido a su límite. Pero sobre las irregularidades habituales, la suspensión filtra con eficacia y sus amortiguadores de tacto firme le otorgan, al mismo tiempo, agilidad y aplomo en curvas. 

 

Por otro lado, el motor diésel de 185 CV empuja con brío, trabaja muy bien con el cambio automático (en las fotos usamos una versión con caja manual) y hemos medido un consumo medio de 6,8 litros: el más bajo de la comparativa. Como ves, un cúmulo de virtudes que le ha llevado a ganar esta comparativa.

Conclusión

El Kia y el Hyundai demuestran que son coches muy equilibrados. El primero con una suspensión más firme, mientras que el Tucson resulta muy confortable. Sus rivales, con más años, se quedan un atrás. Sus limitadas garantías los relegan al tercer y cuarto puesto. La pregunta es: ¿en qué lugar quedarían el Ford y el Mazda con una garantía de siete años como la del Sportage.

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