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Citroën DS4 HDI 160: ¿sabe lo que hace?

Jorge Arenas

Sí, el fabricante galo tiene muy claro que el Citroën DS4 es un compacto de cinco puertas caprichoso y poco funcional, pero tan diferente a todo que aspira convertirse en objeto de deseo. Argumentos tiene de sobra: es exclusivo, ofrece cierta deportividad y tiene una estética muy especial. ¿Cómo se comportará en carretera el Citroën DS4 160 HDI?

El Citroën DS4 es un compacto de cinco puertas, que se diferencia del modelo del que procede, el C4, porque es más deportivo en su imagen y en su forma de rodar. En definitiva, se trata de  un coche extravagante y nada generalista, dentro de una marca que sí lo es.

Lo primero que llama la atención del Citroën DS4 HDI 160 es su carrocería musculosa, que va algo más elevada de lo normal (vídeo Citroën DS4). Esto no deja de ser curioso, porque cuando un coche tira a deportivo, tiende a rebajar su altura al suelo. Pero no, el DS4 es especial también en esto. La ventaja es que no hay badén ni bordillo que le pueda molestar. Y ese toque deportivo que te decía se nota también en su chasis de suspensión firme (mucho más de lo habitual en Citroën) y dirección rápida y dura. Así que, como te podrás imaginar, el francés resulta divertido de conducir. No es un BMW Serie 1 (prueba BMW Serie 1) ni un Seat León (prueba Seat León Twin Drive Ecomotive), no te quiero engañar, pero sí que deja el pabellón más alto de lo que acostumbra la marca. Y si a esta combinación le sumas el motor HDI de 160 CV, la cosa mejora aún más. La capacidad de empuje de este diésel es mayor de lo que uno espera y se traduce en unas cifras de prestaciones muy buenas.

Una vez dentro del Citroën DS4 HDI 160 me encuentro con la misma consola que en el Citroën C4, pero poco más me recuerda a él. Los asientos de corte deportivo tienen un diseño que ha conseguido encandilar a media redacción de AUTO BILD (a mi incluido) y, cuando levanto la mirada, me encuentro con un enorme parabrisas que termina encima de mi cabeza y amplía el campo de visión de forma notable. ¿Qué pasa cuando el sol te da de frente con tanta superficie? Nada, no pasa nada. En Citroën han pensado en ello y han colocado unos parasoles móviles que puedes desplazar hasta conseguir que el cristal sea como uno normal. Otro detalle que me ha sorprendido es la piel que recubre el salpicadero, que le da un aspecto muy 'premium' por su tacto y su buen aspecto.

Como puedes ver, exclusividad no falta en el Citroën DS4. Otra cosa es hablar de las plazas traseras, que no hay por donde cogerlas. Para empezar, el acceso es complicado por la forma de las puertas y los pasos de rueda. Además, el espacio disponible es bastante más reducido de lo deseable. Pero lo que realmente me ha dejado frío es que las ventanillas traseras están fijas. ¡No se pueden subir ni bajar! Este es un claro ejemplo de diseño que mata a la funcionalidad. Lo siento, pero este detalle no me convence nada.

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Sí, el fabricante galo tiene muy claro que el Citroën DS4 es un compacto de cinco puertas caprichoso y poco funcional, pero tan diferente a todo que aspira

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