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El 2016 de Dani Pedrosa: muchas sombras y pocas luces

El 2016 de Dani Pedrosa: muchas sombras y pocas luces

Diego de Arístegui

Muchas sombras y pocas luces, así es como podemos definir el 2016 de Dani Pedrosa. El piloto de Honda tuvo una temporada realmente aciaga y seguro que en 2017 volverá con más fuerza para cambiar la tendencia.

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Vamos a hablar del 2016 de Dani Pedrosa, un año en el que ha tenido muchas sombras y pocas luces en una de las temporadas más complicadas para el piloto catalán desde que dio el salto a MotoGP hace ya 10 años. Incluso podríamos decir que ha sido la más complicada por sus malos resultados y, sobre todo, sus pésimas sensaciones con la Honda RC213V

Durante esta temporada a Pedrosa se le han juntado el hambre y las ganas de comer. Por un lado su feeling tanto con la moto como con los neumáticos como con la electrónica, ha sido nefasto. En ningún momento se le ha visto ningún atisbo de aclimatación verdadera a su paquete y eso le ha penalizado de manera abusiva a lo largo de la temporada. 

Vídeo: Dani Pedrosa hace balance sobre su 2016

Por si esto no fuera poco, desde HRC dejaron claro desde el primer momento que su apuesta clara era Marc Márquez y le hicieron una moto a su imagen y semejanza. La Honda dejó ser una moto que destacase por su potencia para buscar un mayor compromiso en el paso por curva e igualar en ese aspecto a las Yamaha. Esto provocó una evidente clara falta de aceleración que penalizó sobremanera a Pedrosa, el maestro en la salida de los virajes y que este año no pudo explotar su capacidad en este ámbito porque la mecánica no le ayudó. 

La otra piedra en su camino ha sido Michelin. El fabricante galo, cuando decidió cambiar sus compuestos por otros más duros debidos a los accidentes sufridos por Redding y Baz, ambos pilotos Ducati, finiquitaron las opciones de Pedrosa por hacer algo digno en 2016. Si ya de por sí el de Castellar del Vallés tiene que emplearse a fondo para calentar sus gomas, con un extra de dureza su misión era prácticamente imposible. Han sido muy pocas las carreras en las que Pedrosa no se haya decantado por el compuesto más blando, incluso en condiciones donde esta opción era una quimera. 

La luz al final del tunel parece que llegó en Misano, donde Michelin llevó una carcasa más blanda y eso dio alas a Pedrosa, que protagonizó una remontada espectacular dejando atrás a todos sus rivales para hacerse con su única victoria del año. Después de Misano vino Aragón, una carrera donde Michelin le dio un neumático absolutamente defectuoso y que puso en peligro su integridad durante esa carrera. Llegamos a la gira asiática, un escenario donde Pedrosa podía cambiar el rumbo de su campaña pero se topó con un viejo amigo, las lesiones. 

En Motegi el infortunio se apoderó de él y le volvió a ofrecer su peor cara en forma de fractura de clavícula. Esta lesión llegó en un momento pésimo para él, ya que tuvo que perderse las carreras de Japón, Australia y Malasia. Con todo decidido y con más ganas de pensar en 2017, Pedrosa terminó la temporada con un cero en Valencia. 

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Lo único positivo que se puede extraer del 2016 de Dani Pedrosa es que toda esa mala suerte ha de canalizarla para regresar con más fuerza en 2017. La aclimatación ha sido dura pero sus maneras siguen intactas y la demostración fue lo que nos brindó en Misano. Ya sabe cómo está la Honda y la confianza que transmiten los Michelin, y con todo ello puede empezar a trabajar ya en un 2017 que será muy importante para él y para su futuro. 

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