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Prueba Suzuki V-Strom 650XT: la tormenta (casi) perfecta

¿Para vacaciones? ¿Para todos los días? Probamos la Suzuki V-Strom 650XT, una tormenta (casi) perfecta de posibilidades para empezar en el segmento trail con el carné A o el A2... ¡y quedarse durante mucho tiempo! Repasamos las cualidades de esta ya conocida motocicleta para que termines de decidirte.

Desde hace años, los adictos a la marca y la gama 'Strom' presumen de haber aumentado su número y de estar muy satisfechos con una motocicleta trail de lo más polivalente que existe en el mercado y que aquí probamos a fondo: la Suzuki V-Strom 650XT.

Se trata de un modelo que no tiene líneas excesivamente atrevidas, aunque sus formas, a pesar de ser muy conocidas por todos, no han pasado de moda, en absoluto. Siguen resultando muy agradables y ergonómicas para todo tipo de usos, por carretera a diario para ir a trabajar, por montaña para las escapadas de fin de semana... y, cómo no, por caminos en los que sentirse poderoso de tener una verdadera trail.

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Pero aunque es el segmento más de moda, esta trail se diferencia de otras de la competencia, además en que una de sus cartas de presentación más importantes es su motor bicilíndrico y longitudinal en 'V'. Este bloque de mediana cilindrada y potencia contenida 68 no aporta sensaciones demasiado deportividas, ni rugidos imponentes desde pocas vueltas: aporta un comportamiento suave, progresivo y muy confortable, con la promesa de serte muy fiel ante la necesidad repentina de mucho gas o ante cualquier otra exigencia. ¿Lo consigue?

Posibilidades del día a día 

Acaba de llover, en plan tormenta de verano, y cuando me monto en esta Suzuki V-Strom 650XT reconozco que la estética, así de sucia, no es lo primero que me conquista, precisamente. Pero es cómoda y el cuadro es claro y aporta toda la información necesaria, de manera más analógica que digital. En cuanto giras la llave, percibes componentes que no son precisamente de última generación -bombín, botonería, mandos, control de puños calefactables...-, ni las ópticas delanteras, que siempre me han gustado más que la de la última Suzuki V-Strom 1000, incorporan los últimos gritos en iluminación, como la tecnología LED. 

Sin embargo, Suzuki hace gala de ello en este tipo de motocicletas, porque valoran la fiabilidad por encima de otros muchos aspectos más 'llamativos'. Y como siempre hemos dicho en este portal, una cosa es que nos gusten los 'gadgets' más sofisticados al probar una moto nueva y otra muy distinta que nos apetezca manterlos al día en una moto propia, con cinco o seis años de vida, seguro a terceros y muchos kilómetros fuera del asfalto. 

Como ves en las imágenes, esta montura parece desmesuradamente grande para su mercado, por el hecho de que lleva el kit 'Aventura aluminio' (1.200 euros sobre el precio base -8.399- euros), que consta de quilla, caballete, cubre manetas, pantalla alta, baúl trasero de aluminio de 38 l de capacidad con cerradura, respaldo, toma de corriente de 12 V, puños calefactables, barras protectoras... y unas enormes maletas laterales de aluminio con cerraduras, de 45 y 37 litros.

Prueba Suzuki V-Strom 650XT carretera
Fotos: Álex Aguilar. 

Esos huecos portaobjetos son resistentes y están bien acabados, pero además de disparar el consumo a altas velocidades por su diseño nada aerodinámico, resultan excesivamente voluminosas para circular a diario por ciudad o por carreteras atascadas, por lo que si no quieres sustos, conviene que los reserves para cuando viajes. Al hacerlo, verás que esta operación no resulta especialmente complicada y tan sólo es necesario, para ello, actuar sobre las cerraduras -aquí sí que las calidades son más justas- vistas, con una segunda llave específica para ellas. 

Sin embargo, incluso con todo el kit montado, la conducción de esta motocicleta resulta confortable desde el primer momento. La postura es muy adecuada y la altura del asiento 830 mm no es ninguna locura, aunque no olvides que las trail no están hechas para personas de tallas medias-bajas. 

El motor tiene un sonido tan característico como agradable. Las aceleraciones son más que correctas y su carácter aventurero sale a relucir desde el momento en que responde muy bien le pidas lo que le pidas: a bajas vueltas se defiende, aunque como buena bicilíndrica pide un poquito de anticipación para dar lo mejor de sí. En otras palabras: que no la debes dejar 'morir', pero por la ciudad puedes circular en segunda-tercera a bajos regímenes y sin tirones.

Suzuki V-Strom 650 manillar

Por contra, una vez que alcanzas velocidad de crucero (con maletas, es capaz de superar los 180 km/h en circuito cerrado, así que hazte una idea), las recuperaciones son más brillantes. Ante un acelerón inesperado, por ejemplo, puedes salir al paso perfectamente 'tirando' de puño y sin reducir marcha. Es más, resulta muy agradable desencadenar esa 'tormenta' (en inglés, 'storm') que casi le da el nombre y disfrutar de sus posibilidades dinámicas. 

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A la hora de frenar, cumple perfectamente, sin tirones, y el ABS -nada intrusivo- vuelve a redundar en la tranquilidad que supone llevar una moto intermedia, neutral en la que la tensión del momento la elegirás exclusivamente tú. 

Más diversión

Al hilo de esto, el chasis también trabaja muy bien con el bloque, y este binomio te permite disfrutar por carreteras enlazadas de montaña, algo que, si lo piensas, debería ser obligatorio en una moto rutera que pretende defenderse también por pistas y caminos. En esta prueba de la Suzuki V-Strom 650XT, hemos podido confirmar que esa progresividad del bloque en V es especialmente positiva aquí, porque sin contar con muchos reglajes ni ayudas electrónicas, hasta el más novato que se acabe de sacar el A2 podrá dominar sus reacciones (dicho con todo el respeto del mundo, que nadie nace sabiendo) con relativa facilidad, sin quedarse atrás respecto al grupo por falta de potencia.  

Prueba Suzuki V-Strom 650XT Kit
 

Es el momento ya de adentrarse en caminos de dificultad media. Hay que tener un poco de cuidado con el centro de gravedad y con las voluminosas maletas que mencionábamos unas líneas más arriba. Pero a cambio, bastará con ablandar un poco la suspensión trasera -con la rueda manual totalmente accesible-  para rodar tranquilamente por esas superficies, sin preocuparse demasiado de nada más -las ruedas tienen aquí un neumático mixto bastante eficaz asociado a una conveniente llanta de radios menos vulnerable a los baches-. Por lo demás, su peso (215 kg) es más reducido que el de su hermana V-Strom de 1.000 cc, lo que la convierte en más manejable que ésta y que otras rivales trail del segmento medio.

De vuelta a la realidad, es el momento de pegarle un manguerazo, engrasarla y prepararse para la vuelta al cole otra vez. ¿Quién dijo miedo? Le quito las maletas laterales, le dejo el cofre central... y ya vuelvo a tener una motocicleta para el día a día cómoda, fiable, práctica y con posibilidades de diversión por todo tipo de terrenos y de condiciones atmosféricas. 

Lo mejor: 

Suavidad, facilidad de manejo, respuesta del motor, comportamiento noble, posibilidades off-road, altura del asiento, peso contenido. 

Lo peor: 

Estética algo anticuada, anchura excesiva de las maletas. 

Equipación de esta prueba: Casco Axo Blade, chaqueta Axo, pantalón Tucano Urbano K-gins.

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