Comparativa del Opel Corsa-e vs un Opel Corsa GT de 1987: evolución silenciosa

El 30 de agosto de 1982, el primer Opel Corsa salía de la línea de montaje de Zaragoza. Unas semanas más tarde, los miembros del jurado del "Volante de Oro" lo analizarían con ojo crítico y tras las primeras vueltas lo tuvieron claro: cayeron rendidos ante el pequeño alemán. 

El Opel Corsa no se presentó en Alemania hasta el 25 de febrero de 1983, y las ventas comenzaron al mes siguiente. 14 millones de ejemplares después, Opel ha lanzado la versión especial  "Corsa 40 Aniversario", que conducimos por la ciudad de Frankfurt… junto a un Opel Corsa GT de primera generación, concretamente de 1987, para ver todo lo que ha cambiado en este tiempo.

Diseño del Opel Corsa clásico frente al nuevo

Pasar por la puerta hacia el asiento trasero del primer Corsa implica doblarse mucho y soltar algún que otro “¡ay!” durante la operación. Salgo de nuevo, y ahora contemplo el nuevo Corsa, que mide 4,06 metros, 44 centímetros más que su abuelo. 

Pero volvamos al pasado, cuando 70 CV eran suficientes para un pequeño coche con ínfulas deportivas. Nuestro modelo, el que ves en la foto, es un GT con un 1.3 de cuatro cilindros, caja de cambios de cinco velocidades, volante de tres radios y cuentarrevoluciones junto a un velocímetro que sube hasta los 200 km/h, pero cuya aguja solo llega a 170 cuando lo estiras al máximo por el carril izquierdo de una autovía alemana. 

El primer Corsa conquista con simplicidad

El Corsa clásico más básico tenía unos escasos 45 CV. Según equipamiento, podía llevar un radiocasete y un portacintas integrado en la consola central. ¿Los elevalunas? Manuales, y funcionan incluso cuando la batería muere. ¿El sistema de navegación? O sacas el mapa de la guantera, o mejor preguntar a los transeúntes.

Pasamos al Corsa-e, que tiene un pequeño "216" junto a un gran "40" en el salpicadero, es la unidad 216 de esta edición limitada a 1982 unidades, tanto eléctricas como de combustión. 

Si compras uno, incluso obtienes los calcetines a juego. Algo así ya existía en 1988, cuando Opel metió un paraguas y una mochila con el colorido diseño de la camiseta de tenis de la Steffi Graff en el maletero del Corsa modelo especial con techo abatible, inspirado en la gran tenista.

El Corsa es un modelo triunfador, de hecho, es el coche pequeño más vendido en Alemania. Pero también el pequeño más vendido entre los conductores de un eléctrico, y es que el 25% de todos los Corsa repostan en un enchufe.

Como nuestro coche de pruebas, que por cierto, como todos los modelos especiales, luce el color original del Corsa A ("Rekord Red"). Nuestro modelo clásico es amarillo y huele a gasolina súper y a aceite, el perfume de nuestra juventud.

El Corsa-e ha ganado mucho peso

El nuevo es más como la nave espacial Orión: presionas el botón, suena un pitido, y listo. Pones el selector de marchas en la posición D, presionas el botón para la recuperación máxima, y ya no tienes que preocuparte por nada. Debido a las baterías de 50 kWh en el piso del vehículo, nuestro “gordito” pesa más de 1,5 toneladas, el doble que el abuelo.

Pero acelera mucho más rápido desde los semáforos. Son 8,7 segundos de 0 a 100 km/h frente a los 12,5 del abuelo, con unos 260 Nm de par frente a los testarudos 101 del viejo Corsa.

Podemos acusar a un Corsa eléctrico de algunas cosas, por ejemplo, que su autonomía WLTP de 353 km en autopista tiende a fundirse en unos 270 más realistas, y como no quieres conducir con la batería al límite, tienes que parar antes, sí o sí, a tomarte un café: media hora hasta que la batería esté al 80%.

Pero aquí en la ciudad, que siempre hay paradas y arranques, nos encanta el Corsa por su tecnología mientras corre a través del tráfico, con un centro de gravedad bajo. El abuelo 1.3 de 70 CV sin dirección asistida es, digamos, otra cosa: tienes que trabajarte más cada maniobra, pero eso tiene el indudable encanto de un clásico. 

Hablamos de un modelo, el de la primera generación, que se fabrico durante once años, hasta 1993. ¡El mismo coche durante once años, nada menos 3.105.430 unidades! Por algo así, el abuelo merece todo nuestro respeto.